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DE EDITORIALES

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La edición de libros como labor social en editorial Pilpinta
La edición de libros como labor social en editorial Pilpinta

Entrevista a Elma Murrugarra
Por Virginia Vílchez
Octubre 2008
 

"Pilpinta", que en quechua significa mariposa, “es una pequeña editorial, alternativa e independiente, al alcance del bolsillo y la cartera, que intenta disminuir las distancias sociales a través de la palabra, en un país terriblemente dividido”. Su editora Elma Murrugarra nos cuenta como surgió esta editorial, qué impulsó a sus siete integrantes a crearla y la forma cómo trabajan para llevar adelante este proyecto que aspira a llegar a todos los sectores sociales del Perú, en especial a los menos favorecidos. “Todos nos damos la mano porque hay que coser los libros, hay que imprimirlos, hay que ir a los colegios…”, señala Murrugarra.

¿Cómo surge la idea de esta nueva editorial?, ¿desde cuándo funciona?
Es un poco hacer la revolución entre la ética y la palabra. Es cortar las distancias sociales en este país que está terriblemente dividido, donde la literatura no llega a los conos y donde una librería en, por decir, San Juan de Lurigancho o Comas es un sitio donde venden vinifan, cinta scotch, lápices y no llegan los libros, las novelas, la poesía o los cuentos; entonces, nosotros vamos a estos sitios y llevamos los libros. También vamos a los colegios nacionales, por ejemplo en el Rímac al colegio Esther Cáceres Salgado o al María Parado de Bellido; ofrecemos un pequeño recital y allí están los libros. El costo es muy barato para que así tengan acceso las chicas del colegio, y ya desde el colegio se acostumbren a comprar sus libros. Se entiende que la gente que vive en las zonas más alejadas, con la economía que cada día está terrible, prefieran comprar algo de comida en lugar de comprar por veinte soles un libro. Nuestros libros cuestan cinco soles. Son ediciones bien hechas, con papel de 90 grs. Están cosidos, muy bien editados; es decir, que tienen algo de calidad.

Crear todo un proyecto editorial para llevar libros… ¿No sería mejor ofrecer la producción de otras editoriales? ¿Por qué una nueva editorial?
Por el precio. Además, publicamos cosas bacanes, que nos gustan y que tienen mucha fuerza, que hacen cuestionar, que te hacen reflexionar. Charlas con Soledad son textos hermosísimos que enseñan. Es puro humor, pura lección de vida. Son crónicas que hablan de la libertad, de la igualdad de los seres humanos, que hablan de los derechos y, entonces, es como hacer repensar las cosas. La poesía de Soledad, por ejemplo, es una poesía (si se quiere) que promueve el culto a la tierra. Como ella es del Cuzco, escribe esta cosa a los apus, a la lluvia, pero lo hace de una manera nueva. También tiene algunas partes en quechua, que es tan musical, tan bonito.

¿Con qué otros fines surge Pilpinta?
Para llevar poesía, por ejemplo, a esos lugares donde no llega, donde la cultura, de alguna manera y en general (sin tomar en cuenta las clases sociales) muestra como un sello que dice “no, que aburrido, un libro, nada que ver. Prefiero la televisión”. Pero es mejor llevarles libros y que se acostumbren a ellos desde chicos y que la gente, cuando van Soledad o Jorge Salazar a esas presentaciones, se haya quedado encantada de la cercanía con el autor y de la belleza de su obra. Por ejemplo, al leer una carta de Charlas con Soledad nos pedían más y más, porque les encantaba; era como si ella les hablara a ellos y no es algo que necesita de tratados para ser descifrado. Se trata de sentir nada más, y lo que dice Salazar, lo que dice Soledad, se siente, no necesita interpretación.

¿Pilpinta se especializara en poesía y narrativa?
En todo, desde letras de canciones, hasta cuentos, cartas, poesía, todo.

Hasta el momento ustedes han editado estos dos títulos
Si, hay uno más, el libro de Manuel Chao, un cantante francoespañol. Es un librito que él nos ha dado porque le interesa el proyecto, porque le gusta esta onda social. Pero vamos con este libro el más a los colegios, para que se use en talleres. Es La feria de las mentiras y trata sobre la migración y que no deberían de haber fronteras y que mucho se olvidan los españoles, por ejemplo, con toda esta política migratoria de la Unión Europea, de que después de la guerra civil muchos tuvieron que salir de su país y vinieron a Latinoamérica o se fueron a Alemania, a lo mismo a lo que nosotros vamos allá ¿no?. De eso habla ese libro.

¿Cómo hacen la comercialización? ¿Vía librerías?
Solo en El Virrey

¿Y se vende al mismo precio que en las presentaciones?


El precio, ¿cubre los costos?
No, pero es una cuestión social.

Si no cubren los costos, ¿cómo aseguran el sostenimiento de este proyecto?
Vamos sacando de a poquitos

¿De acuerdo a la demanda?
Sí, pero también... a ver... cómo te explico, no sé. No me compro un pantalón esta semana e invierto en eso, igual hacen los otros muchachos del equipo. Esa es la cosa.

¿No ganan ustedes nada con este trabajo?
No se trata de ganar. Por eso le digo que es un proyecto muy…

Entiendo lo que quiere decir, pero si se quiere asegurar la continuidad del proyecto, tiene que haber ingresos.
Claro, sí.

Cuando uno dice “vendo al costo. No gano nada”, no se asegura la sostenibilidad del proyecto. Todos necesitamos un trabajo
No. Yo ahora trabajo en El Comercio, en la universidad, y los demás muchachos también tienen sus trabajos y este es un sueño aparte. Mucha gente hace labor social, nuestra cosa esta aquí, en los libros. ¿Cómo vamos a seguir? Es como hacer un pacto. Si alguien se interesa, bacán, bienvenida la ayuda; si nos donan papel y todo, pues chévere. Pero sí es algo que va a continuar, no es algo que se vaya ha quedar ahí nomás.

¿Cuántas personas integran el equipo de Pilpinta?
Somos siete personas. Todos nos damos la mano porque hay que coser los libros, hay que imprimirlos, hay que ir a los colegios, vamos dos, la próxima van otros. En el Cuzco también hay gente, entonces ellos se encargan de las presentaciones. Los primeros días de noviembre van a presentar un libro, en el Cuzco, en Limatambo y en un pueblo pequeño. Había que ir a Puno pero ahora con esto de las heladas ya no pudimos ir. También algunos amigos ayudan en México, pero el proyecto es peruano.

Y trabajan con colegios
Sí, con colegios nacionales de mujeres; por ahora hemos comenzado con ellas, y también con los centros culturales. Por ejemplo, la Casa Cultural Martín Olivos, que está en la cuadra 8 del jirón Castaños de la urbanización Las Palmeras, en Los Olivos. Hemos hecho dos presentaciones ahí y bacán. Al principio fuimos los primeros que presentamos en ese lugar. Ahora ya está yendo mucha gente, y también se vende libros.

¿Cómo puede una persona conseguir estos libros?
En Los Olivos, que vaya a Martín Olivos. En el Rímac dejaremos en los colegios.

¿Cuál es la modalidad?
Hablamos con la directora. Nos dan una hora, estamos ahí, no hemos tenido mayor problema. Hay una buena recepción por parte de esos colegios.

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