Micaela Chirif Camino
Elogio a la brevedad Elogio a la brevedad

Por Carlos M. Sotomayor
Fuente: http://carlosmsotomayor.lamula.pe/2012/11/24/entrevista-a-micaela-chirif/carlossotomayor/

Desde su primer poemario De vuelta (Colmillo blanco, 2001), Micaela Chirif sorprendió gratamente por la brevedad de sus versos y la intensidad de sus imágenes. Sin embargo, es con Cualquier cielo (Mundo ajeno, 2008), con el que consolida aquella propuesta personal. Ahora en España acaba de publicarse Sobre mi almohada una cabeza (Pre-textos, 2012), su tercer poemario. Aquí reaparece el tema de la pérdida, presente en su libro anterior, pero esta vez con otro tono y con una mayor distancia, como me cuenta la propia Micaela, en entrañable plática, rodeados de libros y con la felina compañía de Tilsa (para quienes no saben, la gata que gobierna los pasillos de la librería El Virrey).   

–¿Cómo se origina Sobre mi almohada una cabeza? ¿Hubo un primer verso o poema que desencadenó los demás?
No, no hubo un verso o poema que desencadenase el resto ni partí tampoco de una idea previa de cómo debía resultar el libro. Los poemas fueron saliendo y, de manera involuntaria, giraron más o menos alrededor de un mismo tema. Creo que una de las cosas que me gustan de escribir es no saber muy bien qué va a resultar y no tener (casi) ninguna idea de lo que vas a decir.

–¿Cómo fue el proceso de escritura y de estructuración del libro?
Varios de estos poemas surgieron inmediatamente después de publicar mi poemario anterior pero fui corrigiéndolos y re-corrigiéndolos innumerables veces hasta que acabaron por convertirse en poemas “nuevos” o, al menos, en poemas “otros”. Creo que lo que cambió en el proceso de corrección fue la perspectiva. Hubo también un montón de poemas descartados con un poco de pena y otro poco de alivio. Para estructurar el libro intenté un orden que permitiera intuir algún hilo narrativo, pero creo que es un hilo más débil que el que había en Cualquier cielo que tenía una secuencia más clara.

–El tema de la muerte, la pérdida y la ausencia, presente en Cualquier cielo también está presente en este libro...
Sí, es verdad, el tema surgió nuevamente sin proponérmelo y supongo que eso convierte al libro en una especie de continuación de Cualquier cielo. Pero una continuación que, según me parece, tiene un tono distinto y una distancia mayor con relación a la pérdida. Y creo que desde esa mayor distancia la pérdida se hace definitiva lo cual, aunque parezca extraño, permite que uno pase a ocuparse de otras cosas. Quizás por eso corregí tanto. Conforme pasaba el tiempo mi relación con algunos poemas (o con lo que esos poemas “decían”) iba variando y eso me obligaba a seguir modificándolos.

–Por otro lado, el último poema del libro anuncia un retorno de la alegría...
Una vez, en un momento de mucha tristeza, una tía muy mayor que había pasado por una situación similar, se me acercó y me dijo: no te preocupes, la vida siempre gana. No lo dijo como consuelo sino como quien muestra una evidencia.  Me quedé con su certeza, le creí. Y le sigo creyendo. Es así: la vida siempre gana. No será mi vida ni la tuya ni ninguna en particular, pero la vida gana. Siempre.

–Una de las características de tu poesía es la brevedad. ¿De dónde viene esto?
Y yo que creía que en este poemario había logrado hacer poemas largos… Ya veo que no. Peo reconocerás que he roto mi propio récord…  Supongo que no sé escribir de otra forma. Por alguna razón, me gusta que los poemas puedan abarcarse con una sola mirada, como si fueran una imagen o una cosa más que un discurso.

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