Una de las principales características de la prosa de Ricardo Ayllón es que no se queda estancada en un solo registro, sino que se desarrolla en una caprichosa versatilidad donde la hibridez de géneros es absolutamente legítima. El relato fantástico con tinte de crónica, la reminiscencia con chispazos de ficción, la confesión de parte, el artículo de humor y la reflexión con ciertos brotes narrativos, son algunas de las estancias convertidas en literatura, tras el único objetivo de exorcizar a su autor de los temas que lo acosan permanentemente, brindándole una luz para continuar creando.