“Creo que la obra escrita del proteico y plirinuminoso Pedro Vicente Cabrea Ganoza no merece explicación no advertencia porque vive de la sorpresa y se nutre de lo profundo que es el logos en el hombre. Leyéndolo en voz alta, su palabra de grafito pompeyano se convierte en puño y nos devuelve al sueño verdadero, a la imagen del amor y al llanto inexorable de los Cantos de Maldoror. Es una fuerza de la naturaleza que se desencadena y se desgarra: insólitamente perturbador, en su indisciplina enigmático y a la vez claro como el agua, verdaderamente revolucionario, poeta puro, y en ciertos momentos cumbre bendita en toda su semántica –considerando que en español lo bendito es lo sacro, pero también lo bien dicho.” Miguel Torres Morales (80)