“En los cuentos de Francisco Izquierdo Quea, la diversidad de situaciones y el tono confesional de varios de los personajes contribuye a mostrar lo mucho que han vivido: un largo aprendizaje en la aventura de la aparente cotidianeidad. Aunque son jóvenes, arrastran un pasado que los marca y conmina a seguir ciertos caminos en vez de otros. Instalados en primera línea, los lectores seguimos el derrotero de esas vidas. De esta manera podemos experimentar sus historias particulares, sus vaivenes emocionales en los cuales resalta, por supuesto, el amor y, necesariamente, el desamor. Al final, salimos cambiados. El registro confesional, el de voces que pueden ser las nuestras, nos acompañará incluso después de que hayamos cerrado este hermoso libro”. (Jorge Ninapayta).