Fernando es un joven ingeniero con una extrema sensibilidad, para quien la pérdida de su padre en un terrible atentado terrorista marcó su vida y por lo cual decide encontrar respuestas que den sentido a su vida. La preocupación y por momentos la desesperación y la angustia llegarán a su vida y a la de Eva, su amiga, y sin proponérselo a la de Antonio Toledo, quien fuera su mejor amigo y se encuentra vinculado a su tragedia personal de un modo insospechado. Pocas historias han logrado expresar, de manera tan subyugante como esta, el mal, entendido en sus connotaciones metafísicas individuales y en sus proyecciones sociales. El camino de regreso nos muestra que, en forma conjunta con el maravilloso placer que nos brinda, la lectura de una obra literaria influye en la vida modelando la sensibilidad y la conciencia de los lectores de un modo hondo y significativo, y puede convertirse en una experiencia fundamental hasta el punto de transformarla, y sirve, por lo tanto, para algo más que pasar un rato divertido.