El propósito de esta obra es presentar las lecciones políticas de un intento de reforma educativa que llevaron adelante desde la gestión del Ministerio de Educación del Perú entre julio de 2001 y julio de 2002. El libro parte de la urgencia existente por la pésima situación de la educación peruana, pero no se queda en ella para justificar el desgano o la depresión sino que reitera la necesidad de encontrar un camino de salida que nos lleve a una situación cualitativamente distinta. Según explica Lynch la obra se limita exclusivamente al tema político e ideológico, porque sostiene que ese es el problema principal de la educación peruana. Por ello se refiere al desinterés de los que mandan para encontrar soluciones, así como al clientelismo autoritario de dirigencias sindicales arcaicas que viven del desorden establecido. Señala que éstas son las trabas fundamentales que impiden una reforma educativa integral en el Perú, una reforma que sea lanzada por una amplia coalición social y política de fuerzas y que sea sostenida en el tiempo, a lo largo de varios ministros y gobiernos, y me atrevería a decir también, generaciones, para que pueda rendir sus frutos a favor del desarrollo del país.