"Apocalipsis de una noche de verano" es ante todo, un formidable alegato contra la guerra. Basada en la pieza casi homónima de Shakespeare, Hinostroza pone en escena, hadas, silfos y duendes que suelen hablar como carreteros (y a veces como poetas) enfrentados a la obscenidad última de la guerra nuclear. Situada en la cálida manigua centroamericana, en uno de los puntos más calientes del globo y de permanente actualidad, esta pieza contrasta brutalmente la actividad bélica de los humanos con los desbordes eróticos de los dioses, proponiendo una reflexión global sobre la presencia del hombre sobre el planeta. (220)