Busca compartir una experiencia de trabajo, con mujeres del sector de la microempresa, de zonas urbanas marginales del sur de Lima, y hacer visible a una población femenina, que se encuentra laborando en microempresas familiares, asumiendo funciones importantes y de responsabilidad, pero generalmente no reconocidas y valoradas como empresarias. Se constata que dirigir los créditos hacia las mujeres en empresas familiares y de escasos recursos económicos apuntan no sólo el desarrollo integral de la mujer como persona, sino el de su empresa. Ella gana autoestima, se siente valiosa porque aporta al negocio de la familia y por lo tanto, a la manutención del hogar. Es empresaria y no sólo ama de casa.