Toda civilización es un reflejo de su pensamiento: un cauce donde las ideas fluyen y esculpen el destino de los pueblos. América Latina, y en especial el Perú, han sido escenarios de una lucha silenciosa entre la materia y el espíritu, entre la historia y la eternidad, entre la reforma que ajusta y la revolución que transforma. Este libro no es solo un recorrido por los grandes debates de nuestra identidad, sino una inmersión en el diálogo perpetuo entre quienes han intentado descifrar el enigma de la existencia.

Desde la sabiduría mitocrática de los Amautas, que hilvanaron la cosmovisión de un mundo sagrado, hasta la teocracia que modeló el Virreinato y la logocracia que dio forma a la modernidad, el pensamiento peruano ha sido un río profundo, capaz de cambiar su cauce sin perder su esencia. Pero hoy, cuando la posmodernidad se resquebraja y el principio de inmanencia cede paso a la trascendencia, el horizonte se abre hacia nuevas luces y sombras.

Mientras el Occidente nihilista duda de su propia herencia y se despoja de sus fundamentos, otras civilizaciones —Rusia, China, India, el Islam— emergen como los nuevos arquitectos del destino. En este reordenamiento, el pensamiento peruano no es espectador, sino actor: una voz que, aún en su diversidad, conserva la fuerza de quienes nunca han dejado de interrogarse sobre la justicia, la fe, la autonomía y el porvenir,