«El tránsito entre el asombro y el miedo tiene fronteras muy delgadas. Eso pareciera decirnos Daysy Irene Arévalo en los veintidós microrrelatos que componen Ollas de presión, que como versa el título, se trata de un ejercicio de contención, de los vapores ocultos que encontramos bajo las tapas y que nos insinúan potenciales lecturas. Puertas y barandas que nos llevan al más allá, de ausencias y compañías que se complementan en la incertidumbre, de voces que nos piden abordar ciertas ordenes o condenarnos a la repercusión de no ejecutar la sentencia. Un conjunto de microrrelatos fantásticos que nos sorprenden en cada posible conclusión. Travesía que nos conduce por las huellas de una escritura que tiene mucho que decir, pero que se ampara en la posibilidad de múltiples interpretaciones para sorprender al lector con una gran pericia narrativa». Julio César Zavala