Editorial(es): IIPCIAL
Lugar de publicación: Lima
Año de edición: 2020
Estamos ante una novela corta sorprendente en su forma y fondo. En su forma, porque es una narrativa sin protagonistas principales. En el fondo, porque es un profundo análisis crítico de la conciencia del hombre actual, sin Dios, materialista, secularizado e inmanentista. Para ello toma como referencias principales a la tradición oriental, la Biblia y todo el pensamiento filosófico occidental. De modo que su novelística no está desconectada de su ensayística. Pero lo mas misterioso es que mientras otros grandes declinan en el ocaso de los tiempos, Flores Quelopana se yergue desde lo más alto para señalar el peligro inminente que amenaza a la civilización dominada por la razón instrumental y el pensamiento científico. La verdad es que la filosofía no conoce géneros literarios que le estén vedados. El propio Julián Marías se encarga de aclararlo en su conocida obra Ensayos de teoría. Platón, Moro, Campanella, Montaigne, Gracián, Rousseau, Nietzsche, Unamuno, Russell, Sartre, Camus, son algunos de los pensadores que lo testimonian. Son filósofos que escribieron novelas como prolongación de sus meditaciones. Pero a contrapelo de Aldous Huxley, aquí no es la manipulación del hombre por la ciencia la que lo llevará hacia aparente felicidad, sino, más bien, a su exterminio. La inteligencia artificial, que es su propia creación, será su Holocausto, su propio Auschwitz. Realmente turbador. Así, nos encontramos ante una novela filosófica escrita por el sugestivo pensador peruano Gustavo Flores Quelopana. Su tema no podía ser menos actual: la Inteligencia Artificial y sus peligros. Ello le da pie para desarrollar una serie de dilemas sobre el sentido de la existencia humana. Pero lo que más impresiona es el hondo dramatismo de la trama novelesca. Una civilización que naufraga por exceso de ciencia y carencia de principios morales.