Cada cierto tiempo, la atención sobre los migrantes vuelve a ser un tema de especial coyuntura. Se trata, en realidad, de una percepción distorsionada, pues la migración siempre ha estado allí. Y de eso trata este libro, que recoge 10 crónicas sobre 11 personajes y, entre otros atributos, tiene uno clave, que el propio autor señala en la introducción: superar la tendencia a convertir el fenómeno migratorio en mera estadística para, más bien, destacar las historias individuales, únicas, a veces extraordinarias.

Estas historias de extranjeros que llegaron al Perú parten en ciertos casos de dramas colectivos (como la crisis en Venezuela que obliga a un barbero a separarse de su familia) y en otros de la simple circunstancia personal (el amor es un móvil que se repite, por ejemplo, en una nadadora rusa y en una refugiada palestina, ambas casadas en su momento con peruanos).

Las crónicas de Llosa Vélez (sólido cuentista que ahora cambia al registro de la no ficción) están marcadas por el detalle cotidiano, el gesto extraño, la mirada a veces desconfiada hacia el otro. Sea por el idioma, las condiciones económicas y hasta el clima, las experiencias de migración que recoge siempre implican una dificultad, un escollo desafiante. Pero, al mismo tiempo, abren un resquicio para que asomen la solidaridad desinteresada y la esperanza de un mundo cada día más integrado.