"La educación del diablo", de Iram La Torre, es una novela de formación, pero también –como ocurre en las mejores obras de este tipo– es mucho más que las andanzas del protagonista y sus compañeros de promoción en un medio cargado de inéditos sucesos de los que son protagonistas o testigos, de la búsqueda de explicaciones sobre el sentido de los actos humanos, de la angustia por hallar su lugar en el mundo. Su condición de bildungsroman se puede detectar casi desde el inicio del texto.

En La educación del diablo, la manifestación de una epidemia revela en primer plano las pésimas condiciones sanitarias de un grupo signado por la pobreza. Porque, una epidemia, más allá de los cuidados personales, debe ser combatida de manera colectiva, que aparece en lugares de pobreza y abandono sanitario y, por lo tanto, es responsabilidad de las autoridades del gobierno. Bajo esta premisa, la novela ingresa al terreno de la crítica a los gobiernos, a la denuncia de quienes ejercen el poder, al cuestionamiento del orden imperante.

Con esta perspectiva crítica, redondea Iram La Torre la reconstrucción, desde la novela, de sus años formativos, acompañado del grupo de compañeros que sufrieron y gozaron con él del discurrir de la vida en el mundo del cual emergían. Y, como toda novela ejemplar y edificante, su lectura deja la sensación de haber compartido con su autor una experiencia enriquecedora y de haber aprendido algo más de nosotros mismos. Roberto Reyes Tarazona