La reedición de Alegría y El mundo es ancho y ajeno (1983) nos permite perpetuar el importante legado crítico a la novelística de Ciro Alegría hecho por Tomás G. Escajadillo en su significativa trayectoria como estudioso de la literatura peruana. El estudio es un alegato claro y contundente en favor de El mundo es ancho y ajeno ante los ataques severos de la crítica que cuestionan sus valores novelísticos. Y con la pasión de su juicio certero, Escajadillo desbroza los cuestionamientos realizados a la obra y enfatiza su carácter moderno con el uso de las técnicas narrativas contemporáneas. También demuestra la unidad estructural de la novela a través de dos principios esenciales en su compasión: “La comunidad es el único lugar habitable” y “el retardamiento de la acción. (500)