En “Cuentos de la campiña”, Gerson Ramírez revela un entrañable afecto por las creencias populares del lar nativo, Laredo. Con diferentes manifestaciones narrativas, cuentos, estampas, fábulas, aborda en lengua literaria versiones orales como el retorno de los muertos, la vida cotidiana en las zonas rurales, el desenvolvimiento de los animales, a imagen y semejanza de los hombres. Así, la existencia humana adquiere otro orden, misterioso e inexplicable, que forma parte del pensamiento y la acción de los personajes. Pero en general, el autor quiere dar una imagen de placidez bucólica en medio de algunas pequeñas dificultades del devenir común y corriente. La fábula, entendida como relato protagonizado por animales, adquiere una presencia intensa para mostrar que hombre y elementos de la naturaleza se fusionan en el convivir particular de la campiña. Para tal efecto, Gerson Ramírez recurre a una expresión sencilla y amena, con buen dominio en la escritura.