Los trabajos historiográfico de Augusto Ramos Zambrano muestran una aguda preocupación por la historia social de Puno. Tienen por tema central las rebeliones in­dígenas de inicios del siglo XX. Estos movimientos socia­les se desencadenaron por las inequidades que sufrían las comunidades originarias frente a aquellos que detentaban abusivamente el poder. Aunque ahora parece olvidado, hasta hace poco menos de cinco décadas en las zonas agra­rias del Perú existían relaciones cuasi feudales, en las cuales unos pocos gozaban de privilegios desmesurados (sobre la base de sus propiedades inmuebles, la distinción de clase o académica, y/o los vínculos del clientelismo político) y la gran la mayoría era sometida a la conculcación de sus de­rechos. En este escenario, no fue en vano el esfuerzo de los referidos movimientos; estos empujaron el cambio social y lograron el fin de las injusticias descritas. De este logro se puede extraer un mensaje para la actualidad: los derechos y su ejercicio pleno son conquistas sociales.