En Las huellas del hipocampo de oro, el estupendo autor de La soledad del viejo huarango (1988) y de diferentes obras de literatura infantil reflexiona con hondura y pericia crítica sobre las tendencias más sugestivas que dan cohesión y resonancia a las letras iqueñas, de visible influencia valdelomariana. Desde el asombro como cala estilística, el autor distingue el regionalismo y su tránsito hacia el cuento urbano; la expresión neogótica de lo fantástico; la poesía social y filosófica; la poesía infantil y juvenil. Hay también un somero repaso de los principales libros y revistas. Y finalmente junto a Valdelomar, Vásquez Peña señala el carácter innovador de escritores talentosos como Anaximandro Lucero, Luis Enrique Moreno Thellesen, Juan Donayre Vizarreta, Eduardo Sierralta, José Hidalgo, Antonio Gálvez Ronceros, Gregorio Martínez, José Morón Moquilaza, entre otros.
En la línea de los grandes estudiosos de la literatura iqueña y nacional, como Jesús Cabel y Cesar Ángeles Caballero, José Vásquez Peña va tras las huellas de ese hipocampo mítico para encontrar en la palabra de los más distinguidos escritores el cromatismo, el misterio, el animismo y la musicalidad que forman parte, también, de su propia melodía interior.