La capacidad de los medos de comunicación para generar y difundir estereotipos racistas ha sido puesta de manifiesto en los últimos años, pasándose del cómplice “así son las cosas en la vida” a un abierto cuestionamiento a imágenes, programas y espacios, ante el cual aún no hay un consenso respecto cómo debe actuar la sociedad civil, los operadores de justicia y la sociedad en su conjunto. Dentro del campo de las representaciones simbólica, las imágenes que trasmiten los comerciales, programas y telenovelas, cuando tienen que recurrir a personajes afrodescendientes, los ligan a la pobreza, a posiciones de subordinación o en oficios considerados menores o de poco prestigio, de una sexualidad exacerbada y casi siempre bailando o cocinando.