Con la novela corta Los Ingar, Eduardo Zavaleta mostró las posibilidades de un nuevo tipo de narración en el Perú, lo mismo que sus cuentos alucinantes y dramáticos El Cristo Villenas y La Batalla. Zavaleta asume la responsabilidade de devolver al género narrativo el interés literario y humano que, dentro de la literatura nacional, comenzó a tener hace algunas décadas. Sin perder de vista al hombre peruano y su circunstancia vital, ha buscado en la mejor técnica contemporánea los medios para expresar la compleja psicología del habitante de estas latitudes y el complicado modo de existencia como se da en la realidad.