“En este medio ambiente formado por el fanatismo, la ignorancia y la ociosidad, surgió la independencia, a impulso de espíritus generosos, y a impulso de aquella inmutable ley del Bien, que es para la vida de la humanidad, como es para la vida física el centro de gravedad de los cuerpos, y sobrevino la República: la lucha fue heroica pero la organización informe, como los que se unen  para constituir familia, sin más programa que el de Larra: “contigo pan y cebolla” (…) No será extraño pues, que los tipos y manera de ser que en este libro presentamos, trasparenten la atmósfera en que se formaron, y en que continúan subsistiendo, hasta que una mejor comprensión de los que debe ser la vida colectiva e individual, transforme, por fin, este que es abigarrado y a la vez monstruoso e inicuo, en lo grande, sólido, proficuo y verdadero, como desde los Estados Unidos del Centro y Sur, todo igual y grandioso, feliz y fraternal, digno del hombre, es urgente que sea”. (Abelardo Gamarra)