“… esta novela no es un novela simple, maniquea o estereotípica sino que es un trabajo en el que explora la dimensión metafísica del vampiro, en donde la vigilia y el sueño, lo esotérico y la filosofía cínica o nihilista se entremezclan desde una mirada posmoderna (con evidentes ecos estéticos góticos y ciertos elementos modernistas) al tópico del vampiro. Destacan sus personajes femeninos, mujeres evanescentes que son víctimas y a la vez ejercen control sobre las acciones. Es una novela psicológica, mental, en donde menos importa la metamorfosis del monstruo y mucho más la muerte de Dios. Estructuralmente juega con las duplicaciones, ya sea desde los relatos que se intercalan hasta las dos partes de la novela (el relato propiamente y el relato gráfico). (Elton Honores)