Los procedimientos quirúrgicos que empleamos para realizar un injerto de piel, extirpar una litiasis, una glándula sublingual, extraer un odontoma, un diente retenido con sinostosis radicular, un torus maxilar, un granuloma de células gigantes, y procedimientos de conservación de las piezas dentarias como la radicectomia y el uso de implantes transendodónticos, nos permiten la rehabilitación de los pacientes a nivel estético y funcional, ya que en la mayoría de los casos los padecimientos que estos presentan impiden la función normal de la masticación.
La técnica empleada debe realizarse minuciosamente, utilizando los instrumentos correctos para cada uno de los casos. Sin embargo, la destreza del cirujano y los conocimientos anatómicos van a permitir que los resultados en cuanto a la recuperación posoperatoria en estos pacientes sea la esperada.
En cuanto a los cuidados de asepsia y antisepsia que se deben tener son los que empleamos en todo el acto quirúrgico, respetando siempre los parámetros universales de esterilización y desinfección que se maneja antes de cada cirugía, conjuntamente con la bioseguridad, que en la actualidad se ha convertido en uno de los pilares de los buenos resultados en lo que a cirugía se refiere.