Por Dimas Arrieta
Fuente: Variedades Nº 266, Lima 27/02/12
¿Cuál es la necesidad de hacer concursos y premiar libros de poesía escritos en el idioma de los incas? A propósito de la publicación en edición bilingüe de Cuyaypa Canchariynin, de Sócrates Zuzunaga, el autor del texto resalta la contribución que hace la casa villarrealina al runasimi.
En toda el área de los países andinos, la Universidad Nacional Federico Villarreal es la única casa de estudios superiores que, a través de su editorial universitaria, propone un Concurso Nacional de Literatura en idioma autóctono, además de un Premio Nacional de Novela, Ensayo, Poesía en castellano.
En 2011, se hizo merecedor del galardón el poeta ayacuchano José Antonio Sulca Effio, autor del Manual quechua (2010), el más didáctico para aprender la lengua de nuestros ancestros, creemos.
¿Por qué hay la necesidad de seguir haciendo estos concursos? ¿Qué tiene que ver este concurso bilingüe para que no muera este idioma indígena? Creemos que una de las formas de resistencia andina, justamente, es este evento de carácter nacional, y sobre todo, desde un centro académico de estudios superiores que garantiza su validación. En verdad, cuando muere un idioma es un desastre, una catástrofe de grandes pérdidas y de dimensiones “planetarias”.
La humanidad es la que más pierde cuando muere una lengua, porque con ella se van todos los conocimientos y la preciada información que viene anillada de generación en generación. Ni siquiera los cataclismos ecológicos son comparables a los desastres lingüísticos que hemos tenido en nuestro país, sobre todo con la pérdida de las lenguas autóctonas. Entonces, recuperar una lengua es conservar una vida, muchas vidas, y una cultura tan vital como la inca.
Cuando se pierde una lengua, se pierde todo el conocimiento ancestral que nuestras antiguas civilizaciones habían acumulado. Al morir una lengua, lamentablemente, nos desconectamos de las experiencias de nuestros mayores, que encontraron una mejor orientación no solamente para dominar la naturaleza, sino para entender que el hombre es un elemento más en esa red de vida, a la cual pertenecemos en esta tierra. Entonces, este tipo de eventos, como los que hace la Universidad Nacional Federico Villarreal, en su afán de conservar la lengua quechua, a través de ese objetivo mayor por armar la Biblioteca de Literatura Quechua, es un sueño posible de conquistar.
Zuzunaga en idioma nativo
Mientras tanto, el poemario de Sócrates Zuzunaga, cuya propuesta es un coloquio a todos los amores, no solo a la mujer, sino a la vida misma en sus pobrezas, en su esperanza, en la alegría, cara emoción que le cuesta tanto conseguir al hombre andino. Todo un muestrario de emociones y sentimientos dentro de una poética auténticamente andina.
Aparecen tonos y ritmos populares, resonancias que tienen su epicentro en la tradición, esa vieja maestra que lo entrega todo a cambio de nada. Hay que tener en cuenta que la poesía expresa mejor una cultura, una época, un tiempo lingüístico que hace posible rastrear los eventos discursivos y la riqueza de una lengua.
Como nos hace notar en su poemario Zuzunaga:
“Wañuymantas / wañusqa kanchkaniku… / ¿Imatam
sayachkanku? / ¿llantunchiktachu upusunchik / ñuqanchik
llantu puni kachkaspa? / ¿Kakusunchu / huk tapurikuychalla?
(Dicen que estamos muertos / de muerte… / ¿Qué están esperando? ¿Vamos a tragarnos nuestra propia sombra? / ¿Actuaremos / como si no tuviéramos anhelos de luz?...”).
La edición de este libro, en su pluralidad de códigos, castellano y quechua, nos da una gran posibilidad para escuchar y ver los recursos y las estructuras fónicas que tiene este idioma. Pues la tradición es tradición lingüística, vieja maestra, sabia reportera, al fin de cuentas, porque en sus canteras están los eventos discursivos y las costumbres de los pueblos que se renuevan en cada generación.
Por eso, celebramos este aporte de la Universidad Nacional Federico Villarreal, a través de su editorial universitaria, por la contribución permanente de los Premios Nacionales de Literatura, en especial el de la Poesía Quechua, a la cultura peruana. Como todos sabemos, la existencia de escritores, especialmente poetas, estructuran mejor una lengua, prestigian un idioma y dan un orden lingüístico en su afán de hacer resistencia para ir contra la extinción de un idioma.