Alberto Vergara
Alberto Vergara: El elector en el Perú no es loco ni amnésico, es muy racional Alberto Vergara: El elector en el Perú no es loco ni amnésico, es muy racional

Por José Gabriel Chueca
Fuente: Peru21, Lima 07/11/07

Coautor de La batalla en sus días primeros. Sendero y sus consecuencias en dos ensayos jóvenes, Alberto Vergara acaba de publicar Ni amnésicos ni irracionales. Las elecciones peruanas de 2006 en perspectiva histórica. Conversamos con este integrante de una nueva generación de analistas.

"En política, uno forma parte de los dominados o de los que dominan; por lo tanto, es un tema que debería interesar siempre a todos. Sin embargo, hay una especialización en esta disciplina que aleja a la gente de los textos sobre esos temas. Me encantaría hacer estos asuntos más accesibles", explica Alberto Vergara.

Usted coescribió un libro sobre Sendero donde se ofrecía la visión de una generación más joven.
En ese momento tenía la necesidad de contar otra versión de lo que había sido aquello. Creo que tanto mi ensayo como el de Eduardo Dargeant tienen la virtud de ser anteriores al informe de la Comisión de la Verdad. En ese libro se dijeron varias cosas que luego afirmó la CVR. En el texto de Dargeant había un componente de denuncia señalando el abuso sufrido por la población indígena y más pobre, víctima de todos los flancos. Y en el mío había una lectura muy crítica tanto de Sendero como de la intelectualidad que lo había analizado. Eran textos aguerridos -ahora me parecen un poco efectistas- que querían contar otra historia y ofrecer una postura generacional.

La mayoría de voces que analiza la política peruana procede de la izquierda. Y hay pocas nuevas.
En el Perú, la mayoría de analistas políticos tienen un pie en la política real. Sus análisis están llenos de deseos. Eso pasa porque, en el Perú y en América Latina, los académicos entran y salen del terreno político. Ahí podría haber un cambio. Yo no milito ni militaré en un partido y no me interesa que mis textos sirvan como plan de gobierno de nadie.

Las elecciones del 2006 fueron de candela. ¿Qué aporta su texto?
Las elecciones son una excusa. Lo que yo procuro es pensar en el Perú desde los años 30 en adelante y decir que, cuando la gente va a votar, no es ni loca ni desmemoriada.

Eso es lo que siempre se dice.
Yo creo que los electores son bien racionales. La elección de García es el mejor ejemplo -espero que quede claro con mi libro-. Cuando uno desaparece a los candidatos y se queda con opciones ideológicas, García queda como el único que representaba las dos cosas que la mayoría quería: que se reformara el modelo económico y que se conservara la democracia. El único que combinó ambas necesidades fue él. La gente vota en función de sus necesidades frente al Estado y a la nación.

¿A qué se refiere?
La gente puede tener necesidades frente al Estado; por ejemplo, un juez, un hospital, una carretera, etc. También hay necesidades frente a la nación, que son más simbólicas, relacionadas con anhelos. Mi sensación es que, en el Perú, más del 60% de la gente hace mucho tiempo vota por candidatos que parecen poder resolver estos asuntos 'estadonacionales', mientras que hay otra parte que he llamado 'postestadonacional', con la cual el Estado y la nación tienen resueltas sus deudas.

¿Estos 'postestadonacionales' serían los que tienen acceso a educación, salud, tecnología, etc.?
Sí. Son los que no son discriminados. Entonces, tienen otra visión. Por ejemplo, las perspectivas de inclusión social no son algo que proceda del marco 'estadonacional'. Mi ensayo trata de demostrar que el país tiene poblaciones y candidatos divididos en estos dos ejes.

Siempre se habla de las elecciones como si fueran un misterio.
Creo que son un misterio, pero no por culpa del elector, sino por la ausencia de partidos. El país de Latinoamérica menos 'misterioso' en política es Chile, que tiene partidos sólidos. Donde son débiles, la elección es más imprevisible, como en Ecuador o en Perú.

¿Qué va a pasar en las próximas elecciones?
El patrón creo que va a seguir ahí. Hay que mantener credibilidad frente a un tipo de elector importante al cual se le pueda hacer creer que el proyecto nacional lo va a incluir -fue la promesa de Toledo y de Ollanta- y, también, que se va a cumplir la promesa estatal. Es complicado decir quién va a ganar, porque no sé quién será la encarnación concreta de estos patrones de conducta. Pero me importa menos saber quién va a ganar que saber que, sin partidos ni instituciones, no hay forma de que nos vaya bien en democracia. Sin partidos vinculados con las regiones que articulen los diferentes niveles de la población vamos a seguir viviendo en el mundo de la protesta y del desorden. No basta el crecimiento económico. Sin partidos, el capital no es capital sino botín.

Autoficha
Nací en Lima, en 1974. Estudié en el Colegio Franco Peruano... Me invitaron a retirarme y pasé a Los Reyes Rojos. Mis padres son sociólogos. La mía fue una casa hiperpolitizada y, cuando uno es hijo único, no lo mandan a jugar con su hermanito cuando se habla de política; creo que a los 10 años ya podía nombrar todos los grupos que formaban Izquierda Unida. Estudié Derecho en la Católica y Ciencias Políticas en Bruselas. Estoy haciendo un doctorado en Montreal.
 

Boletín semanal
Mantente al tanto de las novedades ¿Quieres ver nuestro boletín actual?
Ingresa por aquí
Suscríbete a nuestro boletín y recibe noticias sobre publicaciones, presentaciones y más.