Moisés Suxo Yapuchura
Moisés Suxo: En Lima, los aymaras están orgullosos de su origen Moisés Suxo: En Lima, los aymaras están orgullosos de su origen

Por José Gabriel Chueca
Fuente: Perú21, Lima 19/05/08
http://www.peru21.com/p21impreso/Html/2008-05-19/imp2entrevista0895540.html

La voz de una nación. Los aymaras de Lima Metropolitana. Caso Unicachi (editorial San Marcos) es el libro recientemente presentado por Moisés Suxo, profesor de origen aymara que vino a Lima en su infancia. Él relata la historia de sus paisanos en el medio hostil que fue para ellos la capital.

El distrito de Unicachi fue creado en 1982. Tiene 3 mil habitantes. Incluye una comunidad campesina en una isla, Iscaya. Según algunos relatos, en esa zona hubo un poblado llamado Qalamarca. En aymara significa pueblo de piedra. Y tenía un curaca, Jachacatari, gran serpiente. Poco antes de la independencia dicen que llegó un capitán español llamado Chamorro Morales, que se unió con la hija del curaca", cuenta Moisés Suxo.

¿Qué idioma hablaban en su casa?
Hablábamos aymara.

¿Qué tan diferente es el aymara del quechua?
Sobre esa relación hay varias hipótesis. Cerrón Palomino planteaba el quechumara como tronco común. Otros dicen que no es así y que si hay similitudes entre ambos es por su cercanía. El quechua tiene diferentes variedades y la llamada Cusco-Collao tiene muchas similitudes con el aymara. En la parte occidental de Bolivia se habla aymara, en los valles se habla esa variedad de quechua y en el oriente se hablan otras lenguas, como el guaraní.

¿Usted habla de una cultura aymara?
Nosotros hablamos de una nación, que tiene su cultura, que es distinta al quechua. Para nosotros, la comunidad misma es un valor y el trabajo también. Los aymaras trabajan todo el día, hasta de muy mayores.

Su libro La voz de una nación trata sobre la migración aymara a Lima.
Yo hablo especialmente de Unicachi. Las familias de allá migraron desde los años 40. En los 60, la migración fue masiva. Más que todo buscando trabajo.

¿Dónde se ubicaron?
Primero trajeron sus productos y se ubicaron en La Parada. Un grupo de jóvenes se estableció en el Callao, donde estaban las fábricas pesqueras. Un hecho interesante es que estas fábricas, luego, se trasladaron a Chimbote, por cuestiones de salubridad. Como no había trabajo, ellos se fueron a La Parada también, donde sus paisanos. Ahí comenzaron a trabajar juntos. Así nacieron algunas de las empresas de hoy.

¿Por ejemplo?
En el norte de Lima está el Complejo Comercial Unicachi. En la Victoria, la Corporación Andina Unicachi. En la avenida Abancay está el Centro Comercial Unicachi. Y al sur de Villa El Salvador está el Mercado Agropecuario Unicachi.

Se mantuvieron juntos.
Se agruparon en organizaciones sociales. La primera nació en el 61, en el Callao, el Centro Deportivo Cultural Unicachi. Hacían también labor social con su pueblo. En los 70, se fundó la Asociación Distrital Unicachi, que se dedicó también a la difusión del folclor.

¿En qué distritos viven?
Básicamente, en La Victoria, Santa Anita, San Juan de Miraflores y, últimamente, en Comas.

Usted vino a Lima a los 11 años. ¿Ha sido maltratado aquí por su origen?
Muchas veces. Cuando pasé a secundaria, en un colegio de San Juan de Miraflores, mis compañeros no eran como yo. La discriminación era muy explícita. Yo tenía 12 años y mi castellano era precario. Era objeto de burla. En la primaria, yo tenía buenas calificaciones pero ese año salí con muchos jalados. Fue un trauma. Siempre estaba metido en peleas porque me las buscaban. A veces estaba solo. Aunque hubo un par de amigos que me ayudaban. Pero lo superé. Terminé la secundaria primero, con la mejor ortografía.

Para que vieran.
Para que vieran. Fue duro adaptarse al medio hostil que era Lima. Por eso me interesó después estudiar Lengua en la universidad.

¿Se habla aymara en Lima?
Se habla, pero se está dejando. Quienes lo hablan fundamentalmente son mujeres mayores, en sus casas o en el mercado, cuando se encuentran con sus paisanas. Pero los niños están dejando de hablarlo. En mi otro libro, La lucha por la sobreviviencia, el aymara en Lima abordo la posible pérdida del aymara entre los migrantes de Lima. Con mi nuevo libro, La voz de una nación, busco resaltar cómo esta comunidad ha sobresalido exitosamente en la capital, un medio distinto al suyo, dando incluso empleo a otros migrantes, haciendo empresa. Muchos dicen que todos los migrantes son pobres. Mi libro demuestra que no es así. En Lima, la gente ya no tiene vergüenza de ser aymara. Ahora se sienten orgullosos.

Autoficha

Nací en 1973, en la comunidad de Unicachi, en la frontera con Bolivia, en Puno. Mis papás se dedicaban al comercio, como la mayoría del pueblo, porque estábamos cerca de la frontera. Tengo cinco hermanos. Vine a Lima a los 11 años. Estudié Ciencias Sociales en la Universidad de San Marcos; después pasé a Educación en Lengua y Literatura. Hice una maestría en Educación Bilingüe Intercultural en Bolivia; regresé en 2006. Mi hijo se llama Ajayu, significa alma en aymara.
 

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