Enrique Planas
El viaje de planas

Por Enrique Sánchez Hernani
Fuente: El Comercio, Lima Domingo 7 de Noviembre del 2010
http://elcomercio.pe/impresa/notas/viaje-planas/20101107/665259

Travesía. El escritor y periodista cultural Enrique Planas acaba de publicar su cuarta novela, “Otros lugares de interés”, que narra la transformación espiritual
de una mujer durante un extraño viaje.


La novela narra el viaje de una pareja que en vez de hallar algo, lo pierde. ¿De dónde partió la idea de la novela?
No sé bien de dónde. Este libro suma muchas novelas fallidas, libros que quise hacer y terminaron todos juntos en este. La idea más fuerte fue de un viaje por carretera que siempre quise emprender a Buenos Aires, que duró cinco días y medio de ida y otros tantos de vuelta. También intervino mi encuentro con La Muñeca del artista Hans Bellmer en el Centro Cultural Pompidou de París, o la medalla que hallé entre las curiosidades de mi abuelo.

¿Los viajes tienen que ser así, itinerarios donde se pierde algo, como en tu libro?
Los viajes literarios sí, porque son viajes de descubrimiento, donde ocurren conflictos, donde tenemos que reconstruirnos. Si hiciera una novela de una pareja que se quiere mucho y regresa feliz, llena de fotos, sería la novela más aburrida del mundo (risas). La literatura se enriquece de las malas noticias, de la infelicidad, de la soledad, de las preguntas. Uno siempre piensa que los viajes son felices, para conocer sitios agradables, pero a veces son terribles porque es la oportunidad de estar solo y muchas veces no lo toleramos.

Otra identidad
La transfiguración de la protagonista, ¿es una apología de la liberalidad espiritual?
Entre otros proyectos, quería escribir sobre qué tiene que suceder para que una persona realice acciones en las que no pueda reconocerse a sí misma. La chica de mi historia, al comienzo, no mata una mosca, pero luego termina siendo un monstruo. Son pequeñas pérdidas, pequeñas traiciones, pequeños abusos los que deciden un final. Cuando Verónica, mi personaje, queda completamente vacía, física y anímicamente, tiene una epifanía en la escultura de Bellmer y se siente reflejada en una figura de madera y en la mujer que le dio origen. Por eso ella se convierte en otra persona, tomando prestada otra identidad.

Mundo femenino

¿Por qué esa aparente libertad tiene que ser trágica o caótica?
La libertad en sí misma no es un valor que nos garantice la felicidad. Es más, a veces nos lleva a tomar decisiones equivocadas. Nosotros somos víctimas de nuestras decisiones. La libertad se celebra, pero solo porque lleva al camino elegido.

¿Fue difícil construir un personaje femenino?
Todas mis historias tienen un trabajo de investigación en el comportamiento femenino. Me gustan los personajes femeninos, pero no son fáciles. Presentan más retos como proyecto literario. Son más interesantes porque son todo lo que no soy y tengo que ingresar a territorios incómodos. Me aburre mucho escribir sobre hombres. El mundo femenino es más atractivo para la ficción.

Dificultades

¿Qué fue lo difícil de escribir esta novela?
Este libro me ha tomado cuatro años, más que de reescribir, de leer qué posibilidades me podía dar. Ahora, nada es fácil en el proceso creativo. Siempre hay que desconfiar de aquellas cosas que nos parecen fáciles.

¿Puedes decir que estás satisfecho con este libro?
Tampoco. Es que siempre soy muy inseguro. La inseguridad es, un poco, mi precario respaldo creativo. Siento que nunca podré defender ciento por ciento lo que hago. Si alguien me dice que estoy equivocado, voy a estar de acuerdo con esa persona. Lo que sí espero es que esta novela tenga poder de persuasión, de que el lector crea que lo que se cuenta puede pasar en esta vida.

Al llegar a esta cuarta novela, ¿reconoces que tuviste o tienes un modelo de escritor?
Ningún escritor puede decir que no. Mi modelo es Ribeyro, fundamentalmente. No es muy original decirlo, pero todos los escritores de mi edad tenían rasgos de él en lo que escribían. Como Ribeyro es transparente, es el mejor maestro, porque te ayuda a no copiarte muletillas.

Fragmento
Dicen las estadísticas que el lugar donde se olvida la mayor cantidad de equipajes de mano suele ser el paso de migraciones [...], quizás debido al tan humano temor a la autoridad o, en el caso específico de Vero, por los sentimientos de culpa que arrastra desde que su médico le permitiera sostener en brazos al bebe dolorosamente inmóvil. Ella había pensado que tendría la forma de una pequeña muñeca de paño, sin embargo, [...] era un ser inacabado más parecido a un objeto preincaico, casi moche.
 

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