Ezio Neyra Magagna
“La literatura peruana es realista por tendencia” “La literatura peruana es realista por tendencia”

Por Francisco Izquierdo Q.
Fuente: La Primera, Lima 21/12/05

Habrá que hacer algo mientras tanto (Solar, 2005) se instaura en una temática existencialista, inusual en la novela peruana. Los personajes centrales, Gordo, Alto y Mediano, tienen un plan mediático: huyen de la cotidianeidad y de su entorno, en un propósito destinado al fracaso.

El autor, Ezio Neyra, codirector de la Editorial Matalamanga y director de la revista Lamujerdemivida, habló al respecto, además del rol de la narrativa peruana actual.
 

–El hastío del hombre frente a su contexto fue un tema recurrente en la literatura de principios del siglo XX. Frente a esto, ¿ello trascendió en la elaboración de tu novela?
–No del todo. Personalmente reconozco referencias con Kafka, pero más que eso veo coincidencias, que van con distintos textos, y más allá de lo literario, como con el cine, por decir un ejemplo.

Ahora, he leído mucho a Kafka, aunque no lo he sentido del todo presente en el proceso de la escritura de esta novela, pues he escapado a otros lados, aunque el tema kafkiano, el existencialista, sin duda está presente.

–Quizá esa tendencia kafkiana es también notoria por la denominación de los personajes (Gordo, Alto, Mediano), como por el tema del absurdo…
–Yo veo más semejanzas con Beckett, tanto con su narrativa como con su teatro, y con Paul Auster. En el caso de los personajes, sí, aparte de los nombres, ellos se comportan de manera kafkiana, pero con un humor afianzado, mucho más negro. Y esto, pues en el texto hay un intento de cinismo, de parodiar lo urbano, lo empresarial, lo corporativo, frente a las figuras de los personajes.

–¿Cuál consideras que es la particularidad que propone el argumento?
–Bueno, está el caso de los nombres, que por medio de ellos se encuentra la representación de muchísimos más hombres que están detrás. Yo considero que la novela no muestra una referencia directa al Perú: mi interés radica en una universalidad de la lectura, con casos particulares, abiertos a lo general.

–Eso es novedoso, tomando en cuenta la sombra realista que caracteriza a nuestra narrativa…
–La literatura peruana es realista por tendencia, por algo innato desde la instauración de la República. Creo que sólo Clemente Palma y Scorza salen de esto.

–El realismo es algo instaurado por la temática de Vargas Llosa. ¿Hay una sombra de él sobre la narrativa última?
–Creo que su marca ha estado presente hasta mediados o finales de los 90. A mí no me afectó para nada, y eso se refleja también en las novelas últimas que se están produciendo en el país.

–¿Cómo evaluar ello con la generación actual de narradores?
–Actualmente hay un mayor aporte a la narrativa por las editoriales nuevas. La gente joven tiene un espacio donde publicar. Por ejemplo, Peter Elmore me contaba que en su época esto era algo imposible y el propio Vargas Llosa ha afirmado eso.

Creo que la labor de editoriales como Matalamanga y Estruendomudo ha permitido crear esta especie de miniboom de la narrativa actual, donde su multiplicidad de temas ofrece a los lectores y a la crítica este nuevo rostro que ostenta ahora la literatura peruana.
 

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