Edgard Guillén
“El actor es un gran mentiroso"

Por Pedro Escribano
Fuente: La República, Lima 28/03/08
http://www.larepublica.com.pe/content/view/211787/28/

Edgard Guillén en celebración del Día Internacional del Teatro. Recibió homenaje en el ICPNA en reconocimiento de su trayectoria teatral.

 
El actor Edgard Guillén lleva 47 años haciendo teatro. Acaba de recibir un merecido homenaje en el ICPNA por el Día Internacional de Teatro. Visitamos al actor en su casa de Pueblo Libre, en donde, desde hace ocho años, representa una adaptación de Fausto, de Goethe.

–¿Cuándo te hiciste actor?
–Yo iba a ser médico. Ingresé, pero finalmente me di una vueltita por el Teatro de San Marcos y ahí me quedé hasta ahora, 47 años de actor. La medicina la dejé al costado. Error, porque ser actor en el Perú es también otro error.

–¿Y eso has creído siempre?
–No, porque cuando eres jovencito eres iluso, eres loco, romántico, pero de lo práctico cuando ya tienes 70 años, como yo, recién te das cuenta. Envidias a Anthony Hopkins que por hacer una película le pagan 50 millones de dólares. Acá ojalá pagaran por lo menos 500 mil dólares.

–¿Ser actor es también tener una vocación de ser otro?
–No, ese es un mito. Hummm, quizá, pero al final eres tú. Con los años aprendes que tú eres un puente simplemente entre el autor y el público. Los actores siempre se creen algo fuera de serie. Mentira. Somos vulgares intérpretes de los grandes autores.

–¿El actor en tanto está sobre tablas es otra persona?
–El actor es un gran mentiroso porque le hace creer al público que es Fausto, que es Mefistófeles. Bueno, de eso se trata el teatro. Porque lo otro es un mito, ya eso es una esquizofrenia o una disociación terrible del actor. Hay una anécdota maravillosa. A John Malkovich, un actor que admiro, un crítico le dice en una entrevista: "Dígame, qué cosa pasa por su cabeza en el instante cumbre de la escena tal de la obra tal que a mí me dejó muerto esa noche". "Ah, en ese instante, esa noche –le dijo–yo pensaba cómo recuperar mi departamento.

–¿Como actor, cuál es el personaje que ha sido más difícil?
–Todos los personajes tienen una resistencia. La resistencia es tuya. Como actor estás en el deber de hacer un gato, un perro o hacer Hamlet o Julieta.

–¿Y el aplauso cuánta importancia tiene para un actor?
–Ninguna. Yo acá, en el "teatro" de mi casa, le tomo el pelo al público. Cuando aplauden les digo: no aplaudan porque si no me van a botar. Las malas lenguas dicen que el actor vive del aplauso. Mentira, si no yo ya sería millonario. (Risas). Yo quiero plata no aplausos. Claro, que en el sombrero me pongan euros, dólares, de qué me sirve un aplauso.

–Montas Fausto en tu casa, ¿has dejado el gran escenario?
–Es que yo he vuelto a los orígenes. Pero no es nada nuevo, todo está hecho, el primer monologante fue Testis, en la Grecia Antigua, se subía para hablar. Lo que pasa es que yo elegí mi hueco, mi casa y estoy feliz, de aquí no me saca nadie. No tengo la más mínima intención de irme a un teatro.

–¿No tienes miedo a convertirte en un lobo estepario?
–Ya soy un lobo estepario, sin embargo estoy en absoluto contacto con la gente.

–No te sientes solo.
–No, en cada función hay gente. Como digo, ahora sí soy un verdadero comunicador social, porque en el teatro tradicional ortodoxo el telón se cierra, el público se va y tú no sabes qué pasó con el público. Aquí es distinto.

–¿Hasta cuándo va a actuar Guillén?
–Hasta que muera. Por primera vez estoy degustando lo que es ser actor en un país como este, donde todo está cerrado para el arte teatral. No hablemos pues de la Católica porque tiene toda la plata del mundo. La Católica podría perder todo el dinero de la puesta pero el Opus Dei le va a dar más y además sale en la primera plana de El Comercio. Yo me he convertido en el actor de más bajo perfil del Perú, ya no me dan bola, porque quieren espectáculos nuevos, pero una obra que tiene ocho años y con público, yo digo es un milagro. No me pienso mover de aquí.

Nuestro país es roñoso con la cultura

–¿No hay apoyo al teatro?

–Ni a otras formas de cultura.En México yo compraba libros en un carrito como en supermarket. En Argentina también. Acá te vas a Quilca y ¡qué viva la piratería!

–¿Estás de acuerdo?
–Totalmente. Yo compro piratería. En un país roñoso como este tú crees que puedo darme el lujo de ir y comprarme el disco compacto de las mejores sopranos de Norteamérica. Cuesta 40 dólares y yo no gano 40 dólares. Entonces voy y me lo compro por 2.50, se baja el volumen pero qué voy a hacer. Claro, en un país donde el gobierno no apoya a la cultura yo compro piratería. Voy y compro en Quilca el libro de Bayly, que a él por suerte también le parece genial que lo pirateen. Porque es un tipo inteligente y se da cuenta de la realidad peruana. O sea que la cultura es aquí solo para el que tiene plata. Por eso yo en casa no cobro, la gente pone lo que puede.

Perfil
E.GUILLÉN. (Arequipa, 1938). Estudió en el Teatro de San Marcos.Presenta Fausto los sábados y domingos en su casa.

Boletín semanal
Mantente al tanto de las novedades ¿Quieres ver nuestro boletín actual?
Ingresa por aquí
Suscríbete a nuestro boletín y recibe noticias sobre publicaciones, presentaciones y más.