Luis Freire Sarria
“Inventé otro loco, diferente”

Por Pedro Escribano
Fuente: La República, Lima 20 de octubre de 2013
http://www.larepublica.pe/20-10-2013/invente-otro-loco-diferente

Luis Freire sarria. El escritor ha publicado El Caballero de los Delirios, una novela de caballero andante en los Andes de América. La obra ganó el premio Altazor de Novela.

El escritor Luis Freire Sarria   remontó los tiempos a la época colonial, e instaló un caballero andante en los Andes de Perú y Bolivia. Su novela El Caballero de los Delirios (ganadora del premio Altazor de Novela) cuenta la historia de don Juan de Morcilla, un encomendero que enloquece y funge ser un caballero andante en estas tierras. Freire, con fino humor, juega con la figura de un caballero, pero también pareciera que juega con los datos de la historia.

– ¿Miguel de Cervantes quiso venir a América o las Indias?
 Pidió un puesto en las Indias como premio de sus servicios a la corona, y en el puesto que había pedido estaba la posibilidad de ser corregidor en Chuquiabo, en La Paz, Bolivia. No se lo dieron. Lo enviaron a cobrar impuestos en Sevilla y Granada, pero en la novela yo digo que sí lo tuvo y que permaneció en La Paz, en Chuquiabo, por breve tiempo.

 En la novela, el Caballero de los Delirios se encuentra con Cervantes.
 Sí, se encuentran. Don Juan de Morcillas había estado en un hospital de locos, pues había intentado salvar a un reo que estaba a punto de ser quemado por la Santa Inquisición. Decía que es justo que lo maten por hereje, pero debían hacerlo con una muerte más benevolente.

¿Intentas hacer una parodia de los caballeros?
No tanto parodia. Primero, este caballero, que es un encomendero, cree que Cervantes es autor de la mayoría de las novelas de caballerías, cosa de la que el autor de El Quijote se burlaba. Es un loco que sufre el mismo mal de don Quijote. Quijote seguro era un loco más. A diferencia del Quijote, este no se cura nunca, cada vez está más loco y se ahoga en Paracas cuando iba hacia su amada. Muere loco y feliz. O sea, la locura es su salvación. Es su modo de romper una realidad, no para él, sino para muchos otros, una realidad que en el fondo no acepta. La locura es un escape, lo otro es transformar la realidad.

 En la forma, la novela tiene rasgos de El Quijote.
 Los nombres de los capítulos siguen un poco el estilo de esa época. En cuanto al lenguaje, solo tiene una pátina de ese lenguaje que suena a arcaísmo sin serlo.

 La imagen que me queda de tu novela es que esos personajes hijos de la imaginación castellana, como el Quijote, se han trasladado a los Andes de Latinoamérica.
Sí, es un poco eso. Inicialmente me hubiera gustado traer al Quijote a América, pero es imposible, por eso inventé otro loco, muy diferente.

 Me contabas de un hecho curioso...
 Hay un factor muy curioso. Cervantes fue encarcelado en Sevilla porque los impuestos que había cobrado se los llevó un comerciante o se perdieron. En esa cárcel habría empezado a escribir El Quijote. Ese comerciante apellidaba Freire. Otra: el librero que trajo El Quijote al Perú apellidaba Sarria.

 ¿Eso fue antes de escribirla?
Sí, investigaba para la novela. Claro, eso nada tiene que ver conmigo, pero el azar me puso allí. Solo sé que con este libro hice lo que yo quería hacer.

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