Por Gonzalo Pajares Cruzado
Fuente: Peru21, Lima16/12/08
http://peru21.pe/impresa/noticia/mi-vision-china-siempre-fue-critica/2008-12-16/233135
El periodista Antonio Fernández Arce ha pasado más de 40 años de su vida en Oriente.
Debe ser uno de los peruanos que más sabe sobre China y sobre la idiosincrasia de su gente y de sus gobernantes. Antonio Fernández Arce (1931) es un periodista trujillano que, desde hace 48 años, ha estado vinculado, profesional y emocionalmente, al país que marca el ritmo del comercio y de la economía de nuestros días. El libro China. El asombro (Petroperú) da cuenta de sus experiencias en el Lejano Oriente.
PERIODISTA COMPROMETIDO. Fernández Arce tiene una rica historia personal. De niño fue canillita. Allí empezó su relación con la prensa. Luego, siendo adolescente, pasó a ser redactor del diario La Industria de Trujillo.
Al poco tiempo vino a Lima, donde fue periodista de El Comercio, La Prensa, Expreso, Correo, La Crónica y otros diarios. “Pero no solo era periodista. Yo, como hombre de izquierda, era un sindicalista. Por ejemplo, como dirigente gremial pude conocer varios países de Europa del Este. Así visité la ex Unión Soviética y la desaparecida Alemania Oriental. En uno de esos viajes, recibí una invitación para ir a China. Era 1960 y, en aquella época, Perú no tenía relaciones diplomáticas con muchos países socialistas y estábamos prohibidos, por ley, de visitarlos. No me importó y fui a China.
Sabía que en el diario –por entonces trabajaba en La Crónica– me iban a despedir, pero no me importaba. Como socialista, era admirador de lo logrado por Mao y su revolución. Allí lo vi por primera vez. Tomando el té con él, reconocí el aura de la grandeza”, nos cuenta Fernández Arce.
Seis años más tarde, visitó China por segunda vez. Un año después, la visita se hizo estancia casi permanente. Por entonces era uno de los pocos extranjeros instalados en ese país. Trabajó en Radio Pekín y en la agencia de noticias Xinhua y, por su condición de periodista y residente, fue testigo privilegiado de “la cruel revolución cultural. Siempre pude escribir mis crónicas con libertad. Mi visión de China siempre fue crítica y, a la vez, comprometida. Admiro a Mao y, sobre todo, a Zhou Enlai, el primer ministro y brazo derecho de Mao, con quien conversé muchas veces”. En el libro, Arce traza un perfil de este líder chino y lo califica, como en su tiempo hicieron Nixon y Kissinger, de “genial estadista”. Luego, agrega, “en China es, incluso, más querido que Mao”.
Sobre los cambios producidos en el ideario político de esta nación, Fernández Arce sostiene que “hoy existe un exceso de capitalismo en China. Lo que no comprendo es que se relacione pobreza con socialismo. Una persona puede tener dos casas, un auto y seguir siendo fiel a sus ideales”, concluye.
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