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Fuente: La Primera, Lima 26/12/08
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/cultura/nueva-critica-literaria_29904.html
Repentinamente Dorian Espezúa y otros críticos jóvenes han empezado a registrar una nueva crítica literaria, a la que no se le ha dado aún la importancia histórica que merece.
- ¿Hay una nueva crítica literaria en el Perú?
- Sí, hay una nueva crítica porque hay una nueva generación de críticos, son migrantes provincianos o hijos de migrantes que vuelven los ojos a sus fuentes, tradiciones y lugares de origen. Entonces, están empezando a mirar a escritores marginados, a escritores olvidados por la crítica centralista. Es una crítica que se ha propuesto apoderarse de los aparatos teóricos y metodológicos que vienen de las academias metropolitanas.
- ¿Cómo la defines?
- Es una crítica híbrida. Tiene tanto de lo académico occidental como de lo “académico” local ¿no es cierto? Es decir que se trata de una crítica que se está fijando en la riqueza cultural de los comuneros, en la oralidad, en la gente mayor de las zonas rurales que tienen mucho que decir. Es una crítica que está aprendiendo de la oralidad que no necesariamente ha pasado por la academia, por la universidad.
- ¿Quiénes son los críticos que anteceden a la nueva generación?
- Bueno, hay una rica tradición de críticos provincianos en el Perú. Mariátegui, More, Valdelomar, eran provincianos. Prácticamente la crítica limeña, centralista ha sido hecha por sujetos criollos o sus descendientes que se han “apoderado” de los medios de comunicación y ejercen una especie de control de canon literario. Me refiero a la televisión, los diarios y revistas académicas. Los nuevos críticos más bien están haciendo una crítica subversiva, en sentido de escribir en revistas estudiantiles que ahora son muchas, hacen crítica seria para publicarla en ediciones de carácter local y regional.
- No han llegado todavía a los grandes medios.
- No, todavía no han llegado. Lo que sucedió con Manuel Baquerizo es un caso patético. Era un hombre culto y buen crítico; sin embargo, nunca llegó a la academia, tuvo que refugiarse en Huancayo y trabajar de manera aislada, de modo soterrado. Pero es un crítico que ha dejado un trabajo muy importante y la nueva crítica lo está rescatando.
- ¿Así desaparece ese concepto de criollos y andinos?
- Ese no ha sido un debate improductivo. Hay que encaminarlo por preguntarse quiénes son ciudadanos de la literatura y quiénes no son. Así como hay ciudadanos en la creación, así también hay ciudadanos en la crítica literaria. Los que son ciudadanos tienen los privilegios para elegir y ser elegidos como críticos o denominarse críticos.
- ¿Cómo lograste tu formación?
- Soy un provinciano que tuvo que estudiar en un pedagógico para venir a Lima, estudié literatura en San Marcos y trabajé en Ayacucho. Hasta que gané un Premio Nacional de Ensayo, me llamaron a la Villareal y después a San Marcos. Para mí el camino ha sido muy difícil.
Detalle
Dorian Espezúa, magíster en Literatura Peruana y Latinoamericana UNMSM. Premio Nacional “Horacio” 1999. Publicó: Entre lo real y lo imaginario, UNFV, 2000. Docente en la UNMSM.