Juan Carlos De la Fuente
“La belleza es fugaz, pero se queda”

Por
Fuente: La República, Lima 13/08/10
http://www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/20100813/28/node/283595/todos/11

Poeta Juan Carlos de la Fuente. El vate acaba de publicar La belleza no es un lugar, un libro que busca la esencia de las palabras.

–¿Qué explica el título La belleza no es un lugar?
–Es el libro del movimiento, del ser humano, para mirar desde la distancia aquellas zonas que normalmente no sueles mirar. Es casi una mirada que no llega a involucrase, en el sentido de que no es protagonista de los textos, o en todo caso, se involucra de otra manera. Se involucra desde el alma.

–Tu libro enfoca lo esencial de la poesía, la cotidianidad.
–Creo que, como diría Enrique Lihn, “son como historias ajenas al acontecimiento”. La historia está pero no la ves, no la está narrando el poeta. La historia es la palabra, la vida, es decir la poesía.

–Sí, el elemento recurrente en todo el libro es la palabra.
–Es como identificar las semillas que dan nacimiento a los frutos, árboles. Un poco dónde está el origen de cada cosa, dónde se halla cada cosa, nuestra existencia.

–“Sin voz y sin deseo de hablar/ cruzas la calle como una despedida”. Igual, sin voz, la palabra ausente, pero palabra.
–Otro elemento que destacar es la fugacidad. Las cosas son fugaces. La belleza es fugaz, pero se queda. Se queda en la medida en que ha tocado alguna parte tuya.

–¿Has optado por no ser exteriorista?
–Hubo un tiempo en que quería ser exteriorista. Pero el hecho de que seas o no seas exteriorista no quiere decir que eres mejor o peor que nadie. Hubo un tiempo, pero ahora no. Primero, mi poesía es una respuesta a mi naturaleza, también una búsqueda para hallar fusiones: mi pasado y sangre oriental y occidental presentes en mí. En segundo lugar, la poesía tiene que decantarse. Una nueva era está naciendo.

–Una escritura que decanta la palabra.
–Sí, hurgar las palabras, seguir tratando de descubrirlas. Las palabras son algo innumerable. No somos los autores de, sino somos los portavoces, el mensajero.

–¿Más lirismo, más silencio?
–Aunque suene contradictorio, el gran valor de la poesía puede ser, en algunos momentos, el silencio; el silencio que la acompaña, para que se escuche la poesía, las palabras, para escucharnos. Hacernos un metro cuadrado de silencio en medio de este ruido infernal.

–¿No al ruido social?
–No quiero hacer divisiones en la poesía. No digo que haya una poesía ruidosa y otra silenciosa. O sea, todo es poesía. Lo que sí hay que respetar es la palabra. Que esa palabra no esconda un vacío, sino que signifique algo, aunque ese algo sea nada.


Rilke

Pienso en ti como una ola mansa
Que se va cuando regresa
Y no es ola sino lava interminable
Que duda que odia que siente la palabra
Descender como la mancha en un jardín
Donde una voz convocó a las tempestades
Y la lágrima
Y herido  te precipitaste sobre la mancha limpia,
Sobre el azul del tiempo
Sobre los árboles lejanos que te crecen en las manos

 

 

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