Isabel Córdova Rosas
“Las grandes aventuras de Trastolillo”, de Isabel Córdova Rosas

Por Ricardo Ayllón
Fuente: Librosperuanos.com
Diciembre, 2016

Resulta grato volver sobre las páginas de un nuevo libro de Isabel Córdova Rosas, escritora peruana que, no obstante su larga estancia en España donde ha publicado la mayor parte de sus libros, ha comenzado a traer algunos de estos a su país de origen en ediciones netamente nacionales. 
 
Si hace más de un año tuvimos la oportunidad de comentar dos de los volúmenes de su saga Pirulín, aquel zorrito-niño inquieto y curioso dueño de una personalidad singular y entrañable, esta vez nos aproximamos a una de las andanzas de otro personaje que ha motivado en Córdova Rosas más de un libro, el duende Trastolillo. Si bien el que ahora nos convoca se publicó de modo original como “El misterio del péndulo”, el año 2000, esta vez nuestra narradora lo trae al Perú bajo el sello nacional Lexicom con el título de “Las grandes aventuras de Trastolillo”.
 
¿Pero quién es Trastolillo? Quizá para la cultura local, el nombre de este duende suene un tanto ajeno pues aquí tenemos nuestros propios duendes, como el muki, el chullachaqui o el ichik olljo solo por nombrar a los más reconocibles entre los que han sido recreados por los escritores nacionales. Trastolillo viene, en este sentido, de la tradición oral europea, precisamente de la tradición cántabra (de Cantabria, una región de España) y se le denomina tanto trastolillo como trastolillu, un duende bueno, protector del hogar, cuyo nombre deriva quizás de la palabra ‘trasto’, que significa, stricto sensu, cualquier utensilio perteneciente a una casa. El trastolillo vendría a ser pues, dentro de esta premisa, justamente el encargado de hacer que ocurran eventos inexplicables o enigmáticos con tales utensilios, como el perderse, caerse, derramarse, abrirse, partirse, etc.; asignándose al duendecillo, en resumen, por tal comportamiento, una tipología divertida, juguetona y pícara.
 
Y si bien uno va a hallar en los libros de mitología europea características específicas para él similares a las del trasgo, el trastolillo de Isabel Córdova tendrá sus propias particularidades, más convenientes con el escenario moderno en que se moverá junto a Luis, el niño con quien hace migas y con quien hará una dupla ideal en el desarrollo de la trama matriz.
 
Esta historia, en esencia, gira alrededor del espíritu de reciprocidad. Luego que Trastolillo le ha devuelto a Luis un pin o prendedor que este necesitaba para demostrar su amistad a Almudena, la niña de la escuela que tanto le atrae, a cambio Luis promete apoyarlo en un objetivo menos tangible, quizá más ligado a la fantasía que es, finalmente, por donde la historia de un duende nos debe movilizar. Pues bien, Luis tiene que ayudarlo a encontrar una perla única, una cuyo enigma se halla en un color desconocido por el hombre, el de la ambrosía; con esta perla, Trastolillo volverá a Sicasín, la comarca que él habita, y podrá ser novio de la simpática Zum, hija de un viejo duende joyero. 
 
Alrededor de este, que es el argumento principal, se moverán aquellas subtramas que refuerzan el relato; entre las principales están quizá la historia de la pequeña Elisa, compañera de Luis quien sufre de discriminación en la escuela y pasa por dificultades económicas junto a su madre; asimismo, el abuso que padece el pequeño Daniel por parte de su padre quien lo golpea en su equivocada noción de que así se corrige a los niños. Ambas subtramas –plenamente realistas– hacen contrapunto con el objetivo principal –de corte fantástico– que es el de descubrir aquella extraña perla de un ignorado color como es la ambrosía. 
 
Vale anotar aquí la habilidad de la autora para poner tras la historia principal y también tras algunos episodios transitorios que la recubren, a la lectura como un ejercicio necesario para salir adelante en la consecución de ciertos objetivos. Ya sea, en este caso: para estrechar mejor una amistad (cuando Luis y Almudena se proponen leer juntos algunos libros); para hallar el misterio del color de la ambrosía gracias a la consulta minuciosa (y obviamente a la lectura) de varios libros antiguos y casi desconocidos; o para que Luis dé una lección a su amigo Juan de que nada como libros para desarrollar la imaginación cuando le muestra sus fichas de lectura que él astutamente denomina ‘fichagotchis’ para que suenen más atractivas y acordes con los juegos electrónicos ‘tamagotchis’ tan en boga hoy en día entre los muchachos del Primer Mundo. Lecciones estas, obviamente, pensadas en el joven lector para reforzar su disposición de seguir acercándose a los libros. 
 
Por otra parte, resultan divertidas y aleccionadoras, pero también necesarias, las pequeñas anécdotas que vivifican el interés por este relato, como las travesuras de Ticotín, el hámster de Almudena; lo ocurrido con el hombre de los dulces, quien en realidad lo que tiene es un oscuro negocio encubierto por la venta de caramelos; los recuerdos de Trastolillo –este longevo duende– que asegura haber compartido nada menos que las andanzas del mismo Lazarillo de Tormes, el entrañable personaje de la picaresca española; la manera como Trastolillo presta su imagen y estatura para servir de soporte de vela de cumpleaños o de muñeco en el espejo retrovisor de un automóvil, entre otras ocurrencias.
 
Y sin embargo, nada como aquella emoción que nos arroba al conocer el enorme corazón de este duendecillo que no duda en usar sus poderes mágicos ante quienes realmente los necesitan. Así ocurre a la hora de dejar un pequeño tesoro para Elisa y su madre, que tanta falta tienen de un soporte económico para no ser desalojadas de la casa de alquiler donde viven. Pero aquello que constituye el segundo objetivo de la presencia de Trastolillo en nuestro entorno, es también toda una lección de vida: el producir una extraña enfermedad a aquellos adultos que se creen con derecho de violentar a los niños.
 
Como vemos, son varias las lecciones ante las que Córdova Rosas nos pone en esta entrega para niños que sin duda guarda también mensajes valiosos para los adultos. El lenguaje fluido y llano; el uso de ciertas técnicas como el racconto en la primera parte del libro para ubicarnos mejor en el tiempo narrativo de Luis, el manejo de referentes literarios para tonificar la configuración ficcional, la presencia de una virtud tan necesaria hoy en día como el de saber guardar un secreto, entre otras potencialidades, hacen de este volumen una atractiva pieza que ahora llega a nosotros para demostrarnos que la fantasía sigue siendo uno de los mejores aliados de la narrativa universal.

* Texto leido en la presentación del libro "Las grandes aventuras de Trastolillo" en la Librería del  Fondo de Cultura Económica, el viernes 16 de diciembre de 2016.
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