Por María Luz Crevoisier
Fuente: El Peruano, Lima 20/10/13
http://www.elperuano.com.pe/edicion/noticia-sobre-fantasmas-y-futbol-11386.aspx#.UmO6whBCz1U
El escritor piurano Dimas Arrieta se inspira en el trágico incidente que sufrió el principal escenario deportivo nacional y en los rumores alrededor para crear una novela breve de corte fantástico.
¿Cómo recrear una tragedia sucedida por la anulación de un gol?
No es fácil lograrlo sin llegar al melodrama o, lo que es peor, a la especulación repetitiva. Nos referimos al drama vivido en el Estadio Nacional el 25 de mayo de 1964, una historia que se ha contado desde muchos ángulos.
Casi 50 años después, el tema ha servido para que el escritor piurano Dimas Arrieta Espinoza lo narre con maestría en la novela breve Los fantasmas del Estadio Nacional (Editorial Asturias, 2013).
Arrieta nació, coincidentemente, en 1964 y recogió las versiones de personas que tuvieron una estrecha relación con los acontecimientos. “Esta historia –confiesa– ha estado años de años dándome vueltas en la cabeza, sobre todo por los diferentes testimonios que recibía y escuchaba. Además, conocí al ‘Negro Bomba’ –sindicado como causante de la tragedia–, quien vivía en Breña, y supe lo que se decía de aquellos personajes fantásticos que habitaban en el estadio.”
Explicación ultraterrena
Los protagonistas principales de su relato son seres de ultratumba. Explica que son almas en pena, sin una ubicación en el mundo de los muertos, condenados a habitar hasta el fin de los siglos en el Estadio Nacional. Como consecuencia de su presencia, según lo que se desprende del libro, cada vez que nuestra selección de fútbol juegue allí, sufrirá derrotas.
Dimas, nacido en Huancabamba, región que se caracteriza por ser cuna de santeros, brujos y adivinos, recurre a un personaje tipo como es la ‘Mamá Sarita’, quien a través de ritos propiciatorios logra calmar a estos molestos fantasmas. No obstante, esta mujer sentencia que “solo con la oración, entiéndeme, solo los rezos van a sacar las almas de esa zona oscura. Este lugar es como un presidio para ellas. Pues hay que liberar a este escenario de esas presencias renegadas, sino la afición va a seguir padeciendo los desastres de las derrotas”.
Otros personajes son Julio Falla y su sobrino Juan, quien hace las veces de narrador. Este pariente mayor, de oficio gasfitero y natural de Olmos, le sirve de pretexto para acercarse con nostalgia a las tradiciones y costumbres norteñas. El ‘Negro Bomba’, apodo de Víctor Vásquez, quien se metió a la cancha con el propósito de agredir al árbitro, pareciera purgar en vida la culpa, supuesta o real, de haber causado la tragedia del estadio, aquel fatídico domingo.
Arrieta domina la redacción narrativa y, sin elaborar subterfugios, nos lleva hacia su objetivo: crear sentimientos de empatía y admiración por el fútbol, incluso en los que no somos apasionados de este deporte.
Es que su amor por la blanquirroja le genera emociones de sufrimiento y de impotencia ante las derrotas a veces inexplicables –afirma–; la literatura le sirve, de alguna forma, de ejercicio exorcizador de estos sentimientos.
Datos
Dimas Arrieta ha colaborado con el suplemento Variedades de esta casa editora.
En 1989, obtuvo el Primer Premio Nacional de Poesía de Concytec por el libro Orientación de las señales.
En 2009, quedó como finalista en el Premio Copé Internacional de Novela con Corazón de viento, bitácora del explorador.
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