Martín Adán
La borrachera gráfica del poeta La borrachera gráfica del poeta

Por Enrique Planas
Fuente: El Comercio, Lima 28/12/11
http://elcomercio.pe/impresa/notas/borrachera-grafica-poeta/20111228/1353588

Si hay un personaje que podríamos considerar el más alejado a un héroe del cómic, es el poeta Martín Adán. Quizá porque nos hemos acostumbrado a su presencia estática en escasos retratos. Y porque nadie pensó llevar al lenguaje de la novela gráfica una poesía y una prosa tan vanguardista como la suya.

Hasta ahora.

Miguel Det y Águeda Noriega han dibujado, a cuatro manos, “Conversaciones en la ciudad de cartón” (Contracultura), una estupenda novela gráfica que interroga sobre la vida y la obra de Rafael de la Fuente Benavides, y con la cual fueron declarados finalistas del premio Librería Contracultura de Novela Gráfica.

Era un reto, pero también un compromiso con un autor fascinante para esta pareja de artistas. “La lírica de su poesía y su prosa se prestaba para la secuencialidad narrativa que una novela gráfica exige”, explica Det, que a la manera del escritor que apuraba poemas en servilletas de cantina, también apuraba dibujos sueltos ligados al proyecto en los bares que servían de refugio al autor de los “Sonetos a la rosa”. “Pensamos que la fluidez para contar su vida podía representarse de manera análoga a la de su poesía”, señala.

¿Solo a partir de fragmentos podemos mirar la vida y obra de Martín Adán?
Claro, hay un deslizamiento permanente, y también quiebres, una conciencia desgarrada con la que siempre se tropieza. Esta novela gráfica pretendía ser una especie de borrachera gráfica, con resaca incluida.

¿Cuánto hay de investigación y cuánto de libertad creativa en este libro?
Teníamos dos opciones. Basarnos en el inmenso anecdotario de Martín Adán, cosa para la que disponíamos de amplia bibliografía. Pero también nos interesaba investigar en la época de la vanguardia, de la que emerge Adán con otros intelectuales y artistas, así como en los movimientos sociales de la época. Tomamos como fuente su libro “La casa de cartón”, obviamente. También “Escrito a ciegas”, y una entrevista que le hizo el periodista Mario Campos poco antes de morir. Y claro, muchos fragmentos sueltos provenientes de sus biografías y anecdotarios. Parte del trabajo de investigación gráfica fue visitar las cantinas que él solía frecuentar, donde pasé varios meses tomando apuntes. Entré también al hospital Larco Herrera, donde vivió, para conocer sus jardines y pabellones. Y ni qué decir de los paisajes de Barranco. Pero al final, usamos menos de la tercera parte del material acumulado. Nos ganó la narración.

En el libro, Martín Adán se presenta como un oidor de los personajes de su tiempo. Un acompañante de otros personajes.
Lo que pasa es que no es un Martín Adán situado solo en su tiempo. El poeta, poco antes de morir, recorre toda su vida, su infancia, juventud, adultez y aun más allá, vidas que él no ha vivido pero que recorre como un espectro. Y con ello vemos un conjunto de analogías con su tiempo y el presente.

¿Qué aspecto no ha cambiado entre los tiempos de la vanguardia y nuestra época?
El carácter cortesano de Lima, por ejemplo. La corrupción política, el instinto de casta de las clases dirigentes…

Martín Adán fue una persona desgarrada en muchos aspectos. Su sexualidad fue uno de ellos…
No queríamos tocar el tema de un modo procaz o sensacionalista. Lo presentamos como una oportunidad en el plano de sus múltiples experiencias de vida. Por ahí entraba a un burdel, se le ofrecían una serie de posibilidades y opta por la que podría representar la de mayor ruptura. Sin embargo, yo no creo que el desgarro de Martín Adán se pueda reducir solamente a eso. Él quiso romper con su pasado en muchos aspectos. Su primera prosa, incluso, es deliberadamente coprolálica. Su misma apelación a los excesos y al alcohol es un deseo de evasión. Por otro lado, su sensibilidad es profundamente conservadora, en tanto encuentra en Barranco y en los recuerdos de infancia un refugio seguro para enfrentar el caos que representaba para él la modernidad.

No incluyes en el libro la conocida relación que tuvo Martín Adán con el poeta beatnik Allen Ginsberg. ¿Por qué?
Por algún momento pasó por nuestra cabeza, pero la verdad es que, salvo los llamamientos de Ginsberg a Adán para que saliera de su marasmo y se pusiera a escribir sin ceñirse a las formas barrocas de la poesía sino rompiendo todo formalismo, no había mucho que pudiese aportar sobre el tema más allá de anécdotas. Tampoco queríamos hacer un libro sobre la vida y la obra de un escritor sumergido en una necrópolis de famosos. ¡Queríamos exhumarlo y revitalizarlo! Creo que esa es la única forma en que los lectores más jóvenes puedan recobrar el interés en Adán. Aunque, quién sabe, podríamos dibujar un apéndice. Este es un libro inacabado, como lo fueron la vida y la poesía de Adán.

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