Débora Zambrano Gonzáles
Día Internacional de la Mujer
Mujeres libres: tú decides


Por Débora Zambrano Gonzáles
Fuente: Librosperuanos.com
Marzo, 2016

Van quedando en el pasado las ideas que llevaron a que  la sociedad permitiera sin voz de protesta, la muerte de alguna  mujer  que  transgrediera el statu quo del machismo. Allí está el caso de la adolescente  pakistaní Malala,  quien con tan solo 13 años, se dio cuenta que la educación tiene un efecto liberador y no le importó enfrentarse a los talibanes, lo que casi le costó la vida. Tal acto de heroísmo le permitió lograr el Premio Nóbel de la Paz en el 2014. Infatigable en su objetivo, también participó en el proceso de liberación de las jóvenes estudiantes nigerianas  secuestradas por grupos islámicos.

La globalización ha tenido mucho que ver con esta fuerte corriente que aproxima a las mujeres en todo el mundo, no importa la lejanía, no importa el nombre de quien solicita auxilio. La respuesta está sujeta al contenido que las emparenta o que las separa. La misiva puede caer en manos de quien la entienda, la reproche o la deseche.

Alguien podrá señalar como inconcebible, que alguna mujer esté en contra de su propia liberación, pero es cierto. El grado de conciencia que cada mujer alcance sobre sus derechos está afectado por sus aprendizajes tempranos y modelos familiares, por la religión que tenga, por el enfoque educativo de  la escuela que frecuente, por el grupo social que la rodea, por las formas de actuar del Estado con respecto a las mujeres, por los valores y contenidos que se manifiestan a través de los medios de comunicación. Nos referimos a un cóctel de situaciones que para un conjunto de mujeres puede saber a la misma esencia, pero no para todas. La respuesta que una mujer proponga frente a otra, está afectada por múltiples variables.  

La educación, la lectura,  también ha liberado a los hombres del machismo, pero es una decisión antisistema, siendo la excepción y no la regla. Aplicar el uso de relaciones horizontales, en contextos donde está naturalizada la discriminación o la jerarquía, es probable que genere más antipatías y rechazo que aprobación.   

El machismo es una ideología que puede estar presente en hombres y mujeres. Las madres reproducen a partir de la crianza de los hijos, relaciones desiguales y jerárquicas entre ambos sexos. Pero también es falso  señalar al feminismo como la meta de todas. Entre extremo y extremo hay varias paradas.

Si en la política  podemos concebir hombres de derecha y de izquierda ¿Por qué no puede suceder lo mismo con las mujeres? Es probable que la identidad en construcción de las mujeres pase primero por la apropiación de modelos ya existentes, de tránsito hacia construir la suya propia.
El factor humano, del que tanto nos habla el especialista psicoanalista Jorge Bruce, es la explicación que nos permite  entender nuestra naturaleza compleja, impredecible por épocas, de sana o perversa actuación. Todas esas verdades somos los hombres y las mujeres.

La educación es un paradigma de enorme vigencia, su ausencia endurece el razonamiento, su presencia te reta al esfuerzo y te libera de verdades antojadizas.  El machismo ya no está de moda, pero todavía gobierna las prácticas y costumbres sociales. Entre la racionalidad y la legitimidad de su presencia, todavía prima la última.

Sin embargo, debemos tomar conciencia, que los tiempos soplan a favor de nosotras. Los organismos internacionales cada vez nos hacen más visibles exigiendo nuestra presencia a través de estadísticas, cuando antes ni existíamos. Es un avance, pero sabemos que no es suficiente.
Hoy muchos instrumentos de medición global han sido fabricados con nombre propio para hacer visibles las desigualdades  entre hombres y mujeres. Pero sobre todo para seguir paso a paso lo que se está haciendo por acortar las brechas de género en cada país del mundo. En el 2010 la Asamblea de las Naciones Unidas creó ONU mujeres, al mando de la expresidenta de Chile, Michel Bachelet. Ella en varias oportunidades ha señalado la necesidad de que las niñas vayan a la escuela y dejen de ser las que abandonan sus estudios por atender a hermanos y personas mayores.
La aparición del feminismo  y el enfoque culturalista  de Simone de Beauvoir  y el segundo sexo “No se nace mujer: llega una a serlo” es el argumento que desentraña las cadenas invisibles que por tiempos remotos sumó a las mujeres a hacer de su vida una monótona trayectoria hasta su muerte. Las diferencias y jerarquías construidas día a día en silencio entre hombres y mujeres, han sido descubiertas para ser desmontadas en su explicación más científica.

Las mujeres han iniciado  un proceso de descubrimiento. Como dice Alain Touraine, en su libro “El mundo de las mujeres”, están colocando en agenda pública algunos temas nuevos. Hablar de la sexualidad y el aborto, expresa el deseo de recuperar el control de su cuerpo. Dejar de ver a las mujeres como víctimas, es una idea que hoy muchas comparten.  Nancy Chodorow, psicóloga y feminista, recuperó la voluntad individual que cada mujer tiene,  evitando caer en el abuso de un enfoque determinista social. Es decir, aun, cuando todos digan lo contrario, yo tengo la última palabra.    

La mejor decisión depende de una educación liberadora. Aquella que expresa un discurso de respeto por las personas y que no rinde pleitesía al sexo del sujeto. Nadie debe limitar ni dentro ni fuera del hogar la capacidad del niño o niña de comprender el mundo a su manera. Este tipo de educación debe estar en las escuelas, pero no entendida en términos de gastos o presupuestos, sino, como  la filosofía que está detrás de las letras y las palabras con sentido.  

En las próximas elecciones hay dos candidatas.  Keiko Fujimori que cuenta con un 30% de intención de voto y Verónica Mendoza con 4%. Pero no hay que cantar victoria. En las últimas elecciones, el que gana en primera vuelta, no gana en segunda. El especialista Arellano afirma que Keiko cuenta con un voto más conservador y de amas de casa. Su  voto es más rural que urbano y más femenino que masculino. En el caso de Verónica, su   voto es más urbano que rural, más masculino que femenino.  Mendoza ha puesto una agenda que la pinta más moderna, tocando temas como el aborto, el respeto por las minorías y el tema del cuidado del medio ambiente. Es más joven y pasa por su mejor momento de aprender haciendo camino en la larga carrera de la política.

En la última encuesta presentada el domingo 28 de febrero de IPSOS en El Comercio, indicando ¿por qué votan los electores por sus candidatos?, reconocen que la mejor cualidad de Keiko es ser mujer con un 35%, después 23% piensa que combatirá mejor la delincuencia, un 5% resalta su honestidad y 15% resalta su liderazgo. Verónica Mendoza tiene como mayor virtud  sus ideas en un 48%, 30% su liderazgo, 24% tiene visión de futuro y 23% piensa que es honesta.

Ambas son dos caras de una misma moneda ¿Qué esconde la mejor virtud de Keiko? La posibilidad de seguir reproduciendo un modelo que somete la imagen de la mujer al hombre, muy conocido por todos y todas. ¿Qué hay detrás de las virtudes de  Verónica? Entre buenas ideas y liderazgo, quizás la capacidad de cumplir lo que ofrece. No lo sabremos hasta no darle la oportunidad.

Bajo cualquier circunstancia, estamos siendo testigos que nadamos en contra de la corriente.  Hoy podemos elegir y ser elegidas. Tú decides  por quien votas.

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