Santiago Roncagliolo
“Escribir para niños te devuelve a lo esencial”

Por Pedro Escribano
Fuente: La República, Lima 3 de enero de 2014
http://www.larepublica.pe/03-01-2014/escribir-para-ninos-te-devuelve-a-lo-esencial

Escritor peruano ganó el premio ‘El barco de vapor’ con la novela El gran escape, una historia para niños. En la siguiente entrevista también cuenta sobre la crisis que vivió y de la nueva novela acerca del Plan Cóndor.

Santiago Roncagliolo parece haber vuelto a sus orígenes. Ha vuelto a escribir para niños. Ha ganado el premio ‘El barco de vapor’, concurso de libros para niños de la editorial SM con la novela El gran escape, una divertida historia en un zoológico. Y de eso hablamos, pero también de cómo fue reprimido en su escritura en un momento y cómo salió, y el nuevo proyecto que ya tiene entre manos, una novela sobre el Plan Cóndor.

-¿Desde cuándo te llama escribir para niños?
El primer libro que yo publiqué fue para niños porque mis primeros libros para grandes batieron el récord mundial de rechazos editoriales, nadie quería publicarme y, en cambio, el primero que escribí para niños rápidamente encontró editoras y es un libro que se sigue leyendo, Rugor, el dragón enamorado. Me ha ido bien.

¿Es cierto que escribir para niños es difícil?
A mí me parece diferente, me encanta. Escribir para niños te devuelve a lo esencial, la imaginación y sensibilidad, un mundo vistoso, más bonito que el mundo que nos rodea. Si te apartas de eso durante una frase, el niño se aburre y si un niño se aburre te lo hace saber.

Ah, entonces eso es lo que hay que temer de los niños.
El niño es un poquito despiadado. Los adultos suelen ser más diplomáticos y a lo mejor si la narración es mala, lo salvan por la investigación o si los personajes son un poco planos, los salvan por otros detalles. A los niños les gusto o no.

En El gran escape, los animales se parecen a nosotros o nosotros nos parecemos a ellos.
Desde las fábulas de Esopo, de lo que se trata es de hablar de personas, uno habla de animales porque es más bonito (risas), pero en realidad estás hablando de la libertad, la amistad, los problemas humanos. En este caso es la libertad. Ves en el león a un dictador, las hienas a sus guardias de corte, ves en un canguro a un rebelde...

Algo así como Rebelión en la granja, de George Orwell...
Yo he leído Rebelión en la granja como un libro para niños cuando era niño. Mucho después alguien me explicó que eso era la metáfora de la Revolución Rusa y cómo el poder corrompe al ser humano y fue genial descubrir que ese cuento tenía dos lecturas.

Ahora El gran escape es una gran metáfora de la libertad.
Es la idea. Tengo hijos y los llevo al cine, les leo cosas y no soporto cuando son estúpidas o tratan al niño como estúpido, me tratan a mí como estúpido.

¿Y cómo interpolas tu oficio de escribir novelas como Abril rojo con temas tan infantiles?
Tú conoces más o menos esta historia porque la hemos hablado alguna vez. Yo estaba haciendo la carrera tradicional de escritor latinoamericano con Abril rojo, Memorias de una dama, artículos políticos, pero un día me dijeron “o te callas o te metemos una bala en la cabeza, deja de hablar de tal cosa”. Y entonces descubrí que eso le pasaba a todos los intelectuales y críticos. Y nadie iba a ponerse en medio de la bala, lo más que iban a hacer es ir a mi funeral y contar lo valiente que era yo.

No te voy a decir que fue miedo, sino prudencia…
Fue una crisis y una depresión muy fuerte, porque no solamente entré en crisis en ese momento, sino todo lo que yo pensaba que debía e iba a hacer. Así que la única manera de sobrevivir como escritor era volver a inventarlo todo, era volver a escribir como cuando nadie sabía que yo existía y no había ninguna expectativa y yo escribía por probar, experimentar, explorar. Y entonces salió Tan cerca de la vida que era totalmente una ruptura con todo lo anterior.

Y Memorias de una dama.
Sale esa, luego Tan cerca…,  después El amante uruguayo y luego este libro. Son cuatro libros, cada uno ocurre en un lugar diferente, cada uno es de un género diferente, cada uno podría haber sido escrito por una persona diferente y son libros escritos como si nunca hubiese escrito un libro. Y funcionó, todo ha ido bien (risas) para mi sorpresa y creo que ahora soy un autor que ya no se deja encasillar.

Surgiste en los 90. Teníamos Sendero y el fujimorismo, ¿te comprometiste con la política?
Sí, siempre he opinado mucho y sigo opinando. Lo que no voy a hacer es ser un opinador del día a día del Perú, hay muchas cosas de las que tengo que tomar distancia pero sobre muchas cosas opino. Que Martha Chávez vaya a la comisión de DDHH me pareció una pesadilla y una burla, lo dije, he opinado a favor del matrimonio homosexual... O sea, opino de las cosas que sé, no de todo.

¿Vas a volver a escribir sobre un tema tipo Abril rojo?
Sí. Mi última novela de hecho va muy en esa línea, es un thriller político ambientado en el Plan Cóndor, esas triangulaciones que hacían los dictadores latinoamericanos para violar los derechos humanos de los opositores.

¿Y ya tienes el título?
Lo tengo, pero no te lo voy a decir (risas). Ya lo tendrás en algún momento. Mucha libertad de volver a ese tema y me he asegurado de que nadie me va a meter una bala.

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