Juan Manuel Chávez
Latino y viajero

Por Tomacini Sinche López
Fuente: Expreso, Lima 1/10/2013
http://www.expreso.com.pe/noticia/2013/10/01/latino-y-viajero

–La idea del viaje supone conocer nuevas personas. En “Latinos y otros peregrinos”, publicado por la Editorial San Marcos, te has concentrado en conocer ciudades como Roma, Florencia, Valencia, Junín y Ayacucho…
Si bien voy de viaje por las personas, las palabras del libro son sobre los sitios. Sospecho que tiene que ver con el mirar, con lo que puedo hacer público y lo que siento hermosamente privado. Por ejemplo, a Buenos Aires voy para encontrarme con los primos y con los amigos, pero las páginas que escribo no terminan siendo sobre ellos sino sobre sus calles; honestamente no es una elección voluntaria, pero es una predisposición a guardarme a los amigos, posiblemente porque son míos o soy de ellos. Son las ciudades, con sus edificios, sus callejuelas y su lluvia, las que terminan llamando mi atención. Me formé en ingeniería civil y definitivamente me jala la urbe. Yo sí creo que hay un corazón en la urbe sin personas.

–Subrayando lo que acabas de decir, se puede decir que en este libro las ciudades son tus personajes…
Sí, cobran un protagonismo intenso. La primera vez que estuve en Italia fue en el 2006, creo, y dicté una clase en la Escuela Holden de Escritores en Turín que se llamó “Ciudades literarias”, que era sobre cómo escribir en ciudades. La vida da tantas vueltas...

–¿Cuánto reestructuras el verdadero peregrinaje en tus relatos?
A ver, en primer lugar, quería escribir un texto que no sea de ficción, y este texto no es de ficción. Eso implica que haya ciertas licencias del lenguaje y la forma, mas no del fondo, por ello caigo en trivialidades como mi expectativa de ver qué ocurre en Italia, que al fin y al cabo tiene un valor simbólico dentro del libro. El peregrinaje personal del autor, como un cronista, no está tan profesado por la imaginación, pero sí me importa que el lector imagine y se conmueva, se sobrelleve con las páginas que va leyendo. Estos relatos son un poco memoriosos, un poco juguetones, un poco cronísticos; pero son también un reto al viaje, en cierto modo.

–¿Y cómo te va con los idiomas durante tus viajes?
Confío en mi español roncón, barroco e impostado, cualquier otra lengua me suena mal. Hablo mal las lenguas que intenté aprender. No soy un amante de las lenguas y la gente cree lo contrario.

–Una cosa muy importante, y no sé si estás de acuerdo, es que un libro de viajes tiene que estar escrito en primera persona.
A mí me gusta pensar que sí.

–Yo no me imagino tu libro contado en tercera persona...
No, es que es un libro que tiene que sentirse personal, sobre todo porque este libro plantea más preguntas que respuestas, con más incertidumbre que certezas. Yo con el paso de los años tengo menos verdades sólidas, tengo más conjeturas.

–Tu libro posee una manera graciosa de criticar a las enciclopedias y, además, usas fotografías para complementar los relatos, ¿qué me puedes decir sobre el uso de estos recursos?
Me gusta el conocimiento enciclopédico, en el sentido de que la cultura no es aquella cantidad de información que uno maneja sino el saber ubicarla cuando haga falta. “Latinos y otros peregrinos” intenta ser tan titubeante en el texto escrito, que juega con la falsa objetividad de la fotografía, que es enormemente subjetiva. Por ello, necesitaba un anclaje en lo objetivo, así que pensé: “si la obra es titubeante y personal en el texto escrito y si es enormemente subjetiva sobre lo objetivo de la fotografía, entonces será objetiva con las citas enciclopédicas”, pero me di cuenta que no había forma porque las tres enciclopedias que usé se contradicen.

–“Latinos y otros peregrinos” viene con un apéndice pequeño llamado “Cuatro ciudades, sus tantos imaginarios y un escritor con su cámara”, en el que narras situaciones sobre Valparaíso, Cartagena, Cusco y Cuenca, ¿los consideras dos libros separados?
“Cuatro ciudades…” es un libro de bolsillo que es como la mochila del viajero. Me gusta imaginar a “Latinos…” como el viajero y a “Cuatro ciudades…” como su equipaje.
 
¿Cómo ves tu obra en conjunto?
 Creo que “Latinos y otros peregrinos” es un buen libro para cumplir diez años de carrera literaria porque es el libro más artístico que he escrito, en tanto conjuga el disfrute de la literatura con la vida del fotógrafo, pero también una pretensión de estilo, una cualidad reflexiva y una voz personal. Me siento en una niñez-adolescencia fructífera.
 

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