José María Arguedas
Arguedas infinito Arguedas infinito

Por Jorge Paredes
Fuente: El Comercio, Lima 29 de enero del 2012
http://elcomercio.pe/impresa/notas/arguedas-infinito/20120129/1367086

Poblado de fotografías y citas, la investigadora Carmen María Pinilla ha publicado “Arguedas: Perú infinito”, un libro que nos acerca a la intimidad familiar del autor de “Los ríos profundos”. En las dos páginas siguientes, fotos y testimonios del libro.

Cuentas que este libro es un adelanto de una biografía futura. ¿Cuánto de mito y de verdad hay alrededor de la vida de Arguedas?
La mayoría de datos que han circulado sobre la vida de Arguedas proviene o bien de testimonios suyos o de la biocronología que preparó Mildred Merino de Zela, en la que Arguedas participó. En estas dos fuentes, se advierte la preocupación del escritor por modelar la imagen de sí mismo que habría de perdurar. Algo similar se observa en las cartas a sus familiares o amigos íntimos. A su hermano Arístides le pide, poco antes de su muerte, velar por que no se “tergiverse” su vida. Entonces, todo este material debe cruzarse con otros documentos, otras cartas, testimonios de amigos o conocidos con respecto a su persona, artículos de sus contemporáneos. En este sentido, es muy importante lo que nos revelan, por ejemplo, tanto Celia Bustamante –en la correspondencia publicada en el 2007– como Sybila Arredondo –en diversos testimonios–. Todo esto permite confrontar la imagen que nos ofrece Arguedas con la que otros tuvieron de él.

Se dice que la obra y la vida de un escritor son en cierto modo inseparables, pero en el caso de Arguedas esta relación es mucho más fuerte, pues ambas (vida y obra) se nutren a sí mismas. ¿Qué piensas de esto?
Efectivamente, en Arguedas la obra y la vida aparecen íntimamente ligadas y yo creo que es por la claridad del proyecto de vida que construye desde joven, y que asume con una pasión y fidelidad asombrosas.

¿Cómo resumirías este proyecto?
Este proyecto de vida se reajusta con las experiencias y se reafirma en sus escritos. En 1966 resumió el contenido de este proyecto enfatizando el objetivo que se impuso desde sus primeras publicaciones de hacer visible al lector el valor de la cultura andina, de contribuir a eliminar el cerco en el que la cultura occidental la relegó desde la Conquista, y de elevar los niveles de autoestima de una población injustamente relegada.

El libro le da gran peso al entorno familiar de Arguedas. ¿Cuál es la importancia que este tiene en su obra?
Pienso que es importante conocer bien el contexto familiar de un personaje para interpretar acertadamente su conducta, sus elecciones, sus discursos, su proyecto. Hay que conocer también qué concepto maneja el autor de la familia, y cuál es el modelo vigente en su época, de qué manera el caso particular se acerca o aleja de él. Cuando Arguedas habla, por ejemplo, de “el Cusco de mi padre”, hay que entender lo que eso realmente significa. El juez Víctor Manuel Arguedas Arellano proviene de una larga familia de abogados vinculados con la Corte Superior de Justicia del Cusco. Eso y la admiración de los cusqueños por su ciudad son elementos que debemos tomar en cuenta para interpretar las relaciones de Arguedas con el Cusco, incluso con su padre. Lo mismo ocurre con la familia materna, de Andahuaylas; hay que conocer estos antecedentes. Y establecer, asimismo, los vínculos de Arguedas con las familias del sur de Ayacucho, donde transcurre parte de su infancia y adolescencia. He podido recoger este tipo de información y estoy reconstruyendo los escenarios correspondientes, ubicando los datos en sus respectivos contextos.

En la presentación del libro, comentabas ese nexo poco conocido entre el Arguedas escritor y la obra de Víctor Hugo, el autor de “Los miserables”. ¿Cómo se establece esta relación literaria?
Sí, me sorprendió mucho que los críticos literarios no se hayan ocupado más a fondo de esa relación, a pesar de las declaraciones de Arguedas en este sentido. Arguedas leyó “Los miserables” cuando se recuperaba de la mutilación de los dedos en Huanipaca y esta lectura influyó notablemente en su vocación de escritor.

Se convirtió en gran admirador del francés, algo común en su época. Esto determinaría su preferencia por la lengua francesa, por ejemplo; su exigencia, ante el Ministerio de Educación, de que le asignaran un profesor de este idioma en Ica y en Huancayo.

En esta última ciudad, cuando Arguedas cursa el tercero de secundaria, se inaugura el cine-teatro Dorregaray, que presenta la película “Los miserables” en su cartelera. Su compañero de clase Temístocles Bejarano cuenta que los alumnos preparaban entonces el montaje de Hugo, y que Arguedas sería el protagonista que muere de amor. Luis Felipe Alarco me contó que cuando Arguedas llega a San Marcos se jactaba de su amplio manejo de la obra de Víctor Hugo, y que varios compañeros comentaban algo jactanciosos que el romanticismo estaba ‘depassé’, pues lo vigente era el surrealismo.

¿Y por qué crees que la crítica no ha ahondado en este tema?
Quizá la explicación se deba a que no quisieron vincularlo con el romanticismo para no oscurecer el realismo-indigenista que tanto se ponderó en las reseñas sobre sus primeras publicaciones, pero el romanticismo está muy ligado a Arguedas.

Nos dice él mismo que lo primero que aprendió de literatura fue el poema “Al amor” de González Prada, y que lo recitaba a pleno pulmón frente a los ríos. En este precioso poema, se vinculan los opuestos, el amor y la muerte. Algo muy presente en Víctor Hugo, especialmente en la larga carta de Marius a Cosette, que Arguedas memorizó íntegramente. Si para los críticos el romanticismo no está muy presente en la prosa de Arguedas, sí lo está en su vida, como espero mostrar en la biografía que ahora estoy preparando.

Boletín semanal
Mantente al tanto de las novedades ¿Quieres ver nuestro boletín actual?
Ingresa por aquí
Suscríbete a nuestro boletín y recibe noticias sobre publicaciones, presentaciones y más.