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Fuente: Correo, Lima 31/12/08
http://www.correoperu.com.pe/lima_nota.php?id=80790&ed=14
Gabriela Wiener lleva sus investigaciones periodísticas al riesgoso terreno de la experimentación propia. Sexografías (Planeta, 2008) reúne, en ese sentido, una serie de crónicas relacionadas al cuerpo y al sexo en las que su autora no ha sido una espectadora pasiva.
Correo: ¿Cómo surge Sexografías?
Gabriela Wiener: Hay algunas crónicas que han aparecido aquí, en Etiqueta Negra. Hay otras que han sido publicadas afuera y que no han sido leídas en el Perú. Hay textos de mi blog. Y el último texto es un capítulo de un libro que sacaré el año que viene sobre maternidad. Por un lado, es una antología de lo que he venido publicando en el género de la crónica o periodismo narrativo, pero al mismo tiempo tiene una unidad; al final descubrí que es muy orgánico, que había estado siguiendo siempre los mismos temas.
C: Una particularidad de tus crónicas es que apelas al periodismo gonzo...
GW: Siempre había sido una periodista cultural. Y el periodismo cultural me había permitido jugar mucho con el lenguaje. Pero no jugar mucho conmigo. Yo escribía siempre sobre otros. Y eso cambia cuando empiezo a hacer crónicas en general; el hecho de situarme y hablar desde un yo, desde una primera persona, y desde allí ver las cosas, hasta probar con el periodismo gonzo, pero no sólo periodismo gonzo sino también de suplantación. Y creo que tengo un lado muy exhibicionista. Y creo que en la crónica es imposible no hablar de tu cuerpo y más aún si lo que te interesa son los temas de la sexualidad humana. Y si voy a ir revelando las intimidades de los demás, de alguna manera me siento en el compromiso de hacer lo propio.
C: Te escuché decir que lo que requiere más valor no es vivir la experiencia, sino escribirla.
GW: Hay cosas que tú te atreves a hacer en el trabajo de campo y hay gente que te dice "qué osada, cómo has estado en la cárcel". Pero hay cosas en el momento de la escritura que tienen mucho más de exposición pública y de inmolación ante los demás. Cuando cuentas ciertas cosas que son parte de tu mundo emocional, o síquico, o íntimo sexual, te la juegas mucho más.
C: ¿Qué referentes tienes? ¿Hunter S. Thompson sería uno de ellos?
GW: Sí, aunque nunca lo llamo influencia. Sobre todo porque no sólo leo crónica. Pero empecé leyendo a Tom Wolfe. Y de lo nuevo, me gusta mucho Janet Malcolm, por ejemplo, que hace una especie de crítica del hecho mismo de hurgar, lo que nos toca hacer como periodistas. Y analiza el fenómeno periodístico en sí. Y también los referentes latinoamericanos, como Caparrós o Villoro. Pero también como cronista Pedro Lemebel me parece un estupendo escritor. Además, él tiene toda una reflexión sobre la identidad, sobre el cuerpo, el travestismo. Me gusta la manera como él se expone; yo también trabajo de una forma similar. Siento afinidad con él.
C: ¿Y en el campo de la ficción?
GW: Me gustan escritores como Bellatin, que también tiene una posición sobre lo abyecto y sobre el cuerpo, pero él sí en plan más teórico y de ficciones. Y me gustan escritores como Alan Pauls o Philip Roth, que hablan de su masculinidad.
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