Santiago Roncagliolo
“Mi libro no es para los académicos”  “Mi libro no es para los académicos”

Por Ángel Páez
Fuente: Domingo. Suplemento de La República, Lima 18/11/07

Antes de ganar el premio Alfaguara con la novela "Abril rojo", Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) había emprendido la construcción de la historia de Abimael Guzmán y Sendero Luminoso. Resultado: la aparición de "La cuarta espada", un libro que ha despertado pasiones a favor y en contra. Roncagliolo responde a todas.


–¿Por qué creerle a alguien que dice que escribe un libro sobre Abimael Guzmán porque "es lo único que puede vender" y porque "siempre he sido un mercenario de las palabras"?
–Todos los periodistas somos mercenarios de las palabras. Tú también. Vivimos de contar las historias que nuestros editores acepten. Ahora bien, eso no significa que el libro haya sido escrito para vender. En realidad, el único país donde este libro es un bestseller es el Perú.Y ahí, la piratería se lleva el 80% del negocio. Pensar que voy a hacerme rico con este libro es bastante ingenuo. En general, si alguien quiere dinero, dedicarse a escribir libros no es la mejor idea.

–¿"La cuarta espada" está escrita para el público extranjero antes que para los peruanos?
–No creo que esté escrita para extranjeros. Tiene muchas novedades para el Perú, como el detalle de los debates internos y el cambio de estrategia de Sendero tras el Congreso de 1988, la posibilidad de que Guzmán tenga una hija o la superposición entre vida personal y política en Sendero Luminoso. Pero sobre todo, plantea muchos temas sobre los que deberíamos debatir: ¿Puede un loco poner al Estado en crisis durante doce años? ¿Cómo es que el grupo subversivo más letal de la historia del Perú fue dirigido por maestros? ¿Se han resuelto las deficiencias del Estado que Guzmán aprovechó para atacarlo?

–¿Es injusto que se diga que su libro debió llamarse "Abimael Guzmán para dummies (principiantes)"?
–La primera edición del libro se agotó en una semana. Así que quien piensa eso les está llamando "dummies" a los lectores peruanos. Yo tengo un gran respeto por los lectores. Supongo que a muchos críticos les desconcierta que el libro no sea una tesis, sino una historia. Incluye muchas tesis, pero no es un libro para académicos, sino para cualquiera que quiera saber quién era Guzmán y cómo hizo lo que hizo. Se lee como una novela, pero el lector debe decidir a qué personajes les cree y a cuáles no. Yo no le digo a nadie qué debería pensar.

–¿"La cuarta espada" no es más bien la historia de un intento frustrado de escribir la biografía de Guzmán?
–Mi libro es la historia de un hombre contada por la gente que lo conoció personalmente. Quedan muchos misterios por resolver, porque aun las fuentes tienen miedo de hablar sobre él. Pero lo que me interesaba es buscar la humanidad en las personas que consideramos inhumanas e identificar patrones de conducta. Hay muchos detalles en el perfil psicológico de los senderistas que coinciden con el de miembros de ETA o Al Qaeda. Pero este tipo de investigación no se puede hacer con grupos en activo.

–¿Qué tramo de su trabajo le resultó más devastador o conmovedor?
–Dos argumentos. El primero, de un senderista que me dijo: "Probablemente nosotros éramos monstruos, pero ¿en qué clase de sociedad unos monstruos adquieren tanto poder? Crecimos en una sociedad monstruosa". El segundo, de un militar: "Quizá nosotros cometimos barbaridades, pero aquí no había una dictadura militar. Había gobiernos elegidos democráticamente. Seguimos las órdenes del pueblo peruano". Los peruanos somos responsables de lo que ocurrió aunque no hayamos tenido un fusil en la mano, y nos negamos sistemáticamente a verlo.

–No obstante su libro, ¿qué aspecto de Guzmán o de Sendero Luminoso no ha quedado esclarecido?
–Muchos: ¿fue entregado a las autoridades Osmán Morote?, ¿cómo murió exactamente Augusta La Torre?, ¿tiene una hija Abimael Guzmán?, ¿dejó Belaúnde escapar a Guzmán cuando lo tenía acorralado?, ¿participó la CIA en la captura?, ¿cómo quitarle la base política a un grupo subversivo? Y muchas más.

–¿Se ha curado de algún trauma después de escribir "La cuarta espada"?
–Hasta antes de empezar esta investigación yo compartía la visión de buena parte del país: "Guzmán está loco". El libro descubre que no, y muestra, por el contrario, la extrema racionalidad en el uso de la violencia. Ahora tengo una imagen de las cosas que no necesita recurrir a diagnósticos psiquiátricos para explicar a mi país.

–¿Qué opinión tiene sobre las críticas publicadas en Lima sobre "La cuarta espada"?
–He visto críticas a una metáfora, a mis motivaciones personales, a mi clase social, incluso a la camisa que usé en la presentación en Madrid. Pero el tema de este libro no soy yo, es Guzmán. Aún no veo ninguna crítica seria del análisis político y psicológico de él o Sendero. Me gustaría que las hubiese. Un libro como éste se escribe para producir debate, pero no un debate sobre mí. Me parecería interesante, por ejemplo, debatir el papel de los crímenes del Estado en la lucha contrasubversiva. La investigación reveló que no sólo no eran necesarios, sino estratégicamente contraproducentes. Pero no todo el mundo concuerda con eso.

–Usted cita a Isaiah Berlin y Karl Popper, pero de pronto recurre a Wikipedia para anotar un concepto sobre la Revolución Cultural China. Cualquier escritor serio no lo habría hecho, y mucho menos podría haber acreditado la siguiente comparación: "El valor casi místico que se atribuye la ideología (en Sendero Luminoso) recuerda a la Fuerza de Luke Skywalker". ¿Está de acuerdo? No hay que ser académico o intelectual para comprenderlo.
–Para mí lo serio es ser claro y muy didáctico. La Wikipedia me ofrecía la definición más simple y consensuada de la Revolución Cultural, con los datos mínimos sobre el exterminio interno del partido. Y la metáfora trataba de ilustrar la crítica de Popper al estatuto epistemológico del marxismo. Al considerar al marxismo "ciencia e ideología", Guzmán le atribuye el valor de verdad trascendental, y al tomar decisiones sobre la base de que prime "la línea roja" establece un criterio de verdad independiente de la experiencia. Esa metáfora era una manera más sencilla de decirlo, nada más.

–Después del libro, ¿lo odiarán o lo amarán los senderistas? ¿O serán simplemente indiferentes?
–Nadie en el Perú es indiferente a este libro. Ése es su gran éxito.

–¿Y son o no terroristas los senderistas? ¿Por qué no se siente el uso categótico de ese término en "La cuarta espada"?
–Yo quería utilizar un término que ninguna fuente considerase peyorativo. Uno de los retos del libro era crear una versión de la realidad que todas las partes considerasen aceptable, y las palabras son muy importantes al respecto, porque a menudo, los nombres que escoges indican de qué lado estás. Yo quería una versión más distante, para que la discusión tuviese más altura. Personalmente, sí considero que Sendero Luminoso era un grupo terrorista, porque usaba el miedo como herramienta política. Es el único grupo subversivo en América Latina que ha matado más que el Estado. Y el más letal del continente. En sus documentos, Guzmán exhorta al comité central a incitar el genocidio, a provocar la violencia del Estado. Eso implica un grado extraordinario de cálculo en el uso de la violencia.

–Cuando Ud. dice: "Nadie en el Perú es indiferente a ‘La cuarta espada’. Ese es su gran éxito". ¿No suena a "no interesa tanto que hablen mal del libro, lo importante es que lo compren"?
–No que lo compren: que lo lean. Que lo discutan. Que estén de acuerdo o en desacuerdo. Que escriban otros libros para criticarlo. España lleva setenta años escribiendo sobre la Guerra Civil tratando de explicársela. Los libros sobre las dictaduras violentas de Chile y Argentina llenan bibliotecas enteras. En Perú ocurre algo muy distinto: las fuentes tienen miedo de hablar, y una generación entera de gente que ya vota no sabe lo que ocurrió. Y lo más extraño es que muchos intelectuales y periodistas consideran que ya se sabe demasiado del tema, que no hacen falta más libros. Si este libro contribuye a cambiar esa situación, aunque sea un poquito, será el más importante que yo haya escrito.

"Abimael dirá que soy burgués"

–Usted ha escrito: "Me frustra no haber podido confirmar un dato fascinante: en su partida de nacimiento, Abimael figura con el nombre de Abismael". ¿No tuvo a la mano la partida de Guzmán? Es un documento que ha salido a la luz pública numerosas veces.

–Sí la tuve. Y dice Abismael. Pero sus hermanos desmintieron que ese fuese su nombre. Dicen que siempre se llamó Abimael. El dato fascinante no era la partida, sino la posibilidad que citaban muchas fuentes de que se hubiese cambiado de nombre posteriormente.

–¿Qué cree que piensen Guzmán o Iparraguirre respecto del libro?
–Lo más posible es que les parezca demasiado neutral y escrito desde un punto de vista burgués. Más allá de eso, los senderistas son impredecibles. Dan una gran importancia a cosas que desde fuera no parecen tan graves. Pueden argumentar durante horas sobre un adjetivo con el que no concuerdan o una declaración que no consideran exacta.

–¿Reconoce algún error o vacío?
–Por supuesto: me gustaría que me hubiesen permitido entrevistar a Guzmán.
 

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