Roberto Reátegui
‘‘El cuerpo es más que un amigo ‘‘El cuerpo es más que un amigo"

Por Pedro Escribano
Fuente: La República, Lima 11/11/08
http://www.larepublica.com.pe/content/view/255338/28/

Roberto Reátegui habla de su personaje, un enfermo de cáncer terminal. En A fin de cuentas un paciente ve con angustia que su deterioro físico no le deja salidas.

Siente que los tigres lo merodean, que un día vendrán más decididos por él. Ese es el miedo del personaje, un enfermo de cáncer terminal, de la novela A fin de cuentas que Roberto Reátegui acaba de publicar con el sello editorial Planeta. La historia, relatada en primera persona y con atmósfera tensa, presenta a un hombre hospitalizado, sin horizonte de vida.

"Dicen que una novela parte de una imagen que a uno le da vueltas en la cabeza. En mi caso, fue la imagen de mi padre muerto. Pero más que tanática, es sobre el deterioro físico del cuerpo", explica el autor.

–José Watanabe decía que el cuerpo es el mejor amigo, hay que cuidarlo, acompañarlo…
–Pero no solo es tu mejor amigo, en realidad es lo único que tienes. O sea, es tu única forma de relacionarte con el mundo. Si no hay cuerpo, no hay nada; es la única herramienta que tienes finalmente.

UN MUNDO INTERIOR

–En la novela casi no ocurre nada, todo es de conciencia adentro.

–Como el personaje es un paciente terminal, hay un doble encierro. Es doble prisionero, hay doble reja. Está en una cama y al mismo tiempo está prisionero de su cuerpo. No puede mirar hacia delante porque no tiene salida. Lo único que le queda es mirar hacia atrás, hacia adentro. Al final, como enfermo terminal, su cuerpo es cada vez una prisión más pequeña, cada vez una tortura mayor.

–Tiene su pareja, Camila. La relación con ella es paternal y filial.
–Hay una especie –es intencional, yo quería hacerla así– de relación ambigua, hombre–mujer, pero al mismo tiempo de amor filial.

–La frontera de esa relación se difumina. Él la besa en la boca en un rol de padre e hija.
–Es una figura que no llega a ser incestuosa, pero en la narración parece que lo es.

–El paciente habla de un escritor "medianamente reconocido". ¿Enrostra a los aspirantes a ser grandes escritores.
–(Risas) No. Hay un personaje secundario que al principio él no le pone nombre, sino solo al final...

–Rafael, que corteja a Camila.
–Sí, pero él siempre le dice el escritor "medianamente reconocido". Ese es el título que le da.

–¿Lo has puesto para fastidiar a la gente?
–No, no, lo he puesto porque en la novela ocurre así. Además, unas líneas antes de lo que tú observas se dice "finalmente en la vida todos somos medianamente algo". Es eso. No busco fastidiar a los aspirantes a ser grandes escritores.

–Tu personaje admira a Edgardo Rivera Martínez. ¿Tú también?
–Absolutamente. Esa es una cosa que forcé porque quería ponerle unas líneas a Rivera Martínez.

–Sabes, ahora que citas a Rivera, tu escritura en esta novela tiene de algún modo esa cadencia, ese ritmo rumoroso y continuo que tiene la escritura de Rivera Martínez.
–Mira, lo tomo como un gran elogio. Sí, esas son las cosas que me gustan de la obra de Rivera Martínez. En general, sus novelas son largas y aun así pueden mantener ese ritmo.

–¿Ahora qué escribes?
–Una novela romántica que empieza a comienzos del siglo XX, pero contada desde el presente. En ella se intercalan varias historias.

PERFIL

Roberto reátegui. Nació en Lima en 1959. Estudió Ciencias de la Comunicación en la U. de Lima. Ha publicado las novelas Siete pelícanos (2002) y Retro (2007). Desde 1982 trabaja como productor y director en la televisión peruana.

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