Por Tomacini Sinche López
Fuente: Expreso, Lima 25/04/10
http://www.expreso.com.pe/edicion/index.php?option=com_content&task=view&id=97420&Itemid=37
El escritor acaba de publicar “La semana tiene siete mujeres”.
–En esta nueva novela, ¿sientes que tienes un estilo más pulido, más preciso en tu literatura?
Probablemente me haya dado cuenta con el tiempo de que “escribir bien” no es un ejercicio de hacer una frase de más. Creo que con los años se gana sobriedad y mi escritura no escapa a ello. No estoy en una etapa en la que quiero impresionar. Soy consciente de que es difícil encontrar un punto medio, porque tampoco soy de esos autores que les gusta un texto frío y seco.
–La novela refleja el racismo “solapa” que se vive actualmente en nuestra sociedad…
Escribirla fue un proceso doloroso, porque al tema principal de las infidelidades del personaje principal, subyace una historia llena de racismo y prejuicios. Me remite mucho a mi propia experiencia como mestizo o cholo en esta sociedad peruana actual. Lamentablemente, soy “más blanco” o “más cholo”, según el círculo social en dónde esté o del interlocutor que tenga en frente. Es una manera dura de decirlo, pero es la realidad. Mis personajes antagónicos son un blanco venido a menos y un cholo venido a más, ambos retratan ese racismo que vivimos.
–Dos personajes muy patéticos…
Exactamente. En ambos personajes proyecto el patetismo que he consumido y del que he sido protagonista muchas veces. Por ejemplo, cuando iba a las discotecas del sur de Lima con mi ex esposa, que es rubia y blanca, me preguntaba si la gente creería si es que soy un “brichero”. Hay un tema social y racial con el que he tenido que luchar, como todos los que formamos parte de este Perú, que vive muchos siglos a la vez.
–¿Pensabas que resultaría finalista del Premio Planeta-Casamérica 2009?
No, sinceramente no. Incluso no pensaba publicarla.
–Pero, ¿por qué?
La novela no me convencía.
–¿Qué no te convencía?
Temía que me hubiera salido muy panfletaria, debido a que me he acercado más a temas sociológicos y ecológicos en Toronja. Y temía que no fuera entendible por los lectores, debido a que los personajes no tienen nombres en la novela. Fueron temores que por suerte se disiparon. Es que convivo con el prejuicio de que como soy publicista, muchos no me tomen en serio como escritor. Lucho con eso, también.
–¿Y cómo se te ocurrió titularla “La semana tiene siete mujeres”?
Fue una consecuencia de la misma escritura de la novela, porque yo quería que estas mujeres de la historia fueran anónimas, con el fin de poder contar sus confidencias de manera más libre. La idea de que una mujer se llamara jueves o viernes, por ejemplo, era redonda y enigmática. Sin darme cuenta, este recurso resultó capital en la novela. Iba a llamarla “Blancura”, pero me parecía demasiado pretencioso.
El dato
Gustavo Rodríguez (Lima, 1968) ha publicado las novelas “La furia de Aquiles” (2001) y “La risa de tu madre” (2003), finalista del Premio Herralde.