Lady Rojas
Rescate poético

Por Ricardo González Vigil
Fuente: El Comercio, Lima 4 de Setiembre del 2011
http://elcomercio.pe/impresa/notas/rescate-poetico/20110904/1269308

La investigadora Lady Rojas saca a la luz una monumental obra sobre los aportes poéticos y ensayísticos de escritoras peruanas de 1900 a 1960.(*)


“Canto poético a capella de las escritoras peruanas de 1900 a 1960” es la mayor investigación realizada sobre los aportes poéticos y ensayísticos de escritoras peruanas durante ese período de Lady Rojas Benavente.

Seis décadas
Este período se cierra brillantemente con la publicación en 1959 de “Ese puerto existe”, el primer poemario de Blanca Varela. Es una época que no ha sido examinada suficientemente, con excepción de la atención prestada a Magda Portal y a la citada Varela, y en menor medida a Catalina Recavarren, Cecilia Bustamante, Raquel Jodorowski y Rosa Cerna Guardia (esta última confinada a la literatura infantil). Y es que los enfoques existentes han privilegiado la participación femenina en la literatura posterior a 1960 y, más aun, a 1970.

Cuestión de género
Rojas asume la perspectiva de los estudios de género, según la definición de la historiadora Joan W. Scott: “como una construcción histórica y como un campo de articulación de relaciones y de producción de significados de poder, que operan desde la diferencia sexual a través del lenguaje y el discurso”. Se le hizo evidente la necesidad de esa óptica cuando preparaba la bibliografía para el libro “Poéticas de escritoras hispanoamericanas al alba del próximo milenio” (1998), al constatar “la falta de material sobre las escritoras de principios del siglo XX en los manuales de literatura hispánica y la ignorancia de su labor estético-cultural […]. La historiografía y la crítica literaria han sido muy parcas en el Perú para demostrar no solo la irrupción de las mujeres en los campos laborales y artísticos, sino su papel como agentes sociales de cambios fundamentales en la historia”.

¿Literatura menor?
El poeta Marco Martos es un crítico interesado en la poesía femenina peruana, co-autor con Roland Forgues de la valiosa antología “La escritura, un acto de amor / Poesía femenina del Perú del siglo XX”, 1989.

Incluso él se deja llevar por una visión que resta relieve a nuestras escritoras: “La poesía peruana en el siglo XX, aparte del caso de Magda Portal, fue privilegio de varones”, escribe en “Apuntes sobre la poesía de Blanca Varela”, 2002.

Y Gustav Siebenmann, en su fundamental libro “Poesía y poéticas del siglo XX en la América hispana y Brasil” (1997) –basándose en un escrutinio de las antologías realizadas–, concluye: “las poetas en el Perú no son numerosas”. Esto a decir de Lady Rojas deja “la impresión de un desierto literario”.

Ese tipo de declaraciones le hicieron entender por qué la crítica argentino-peruana Susana Reisz estima que se subvalora como si fuera una literatura ‘menor’ la escrita por mujeres, marginada frente a la ‘mayor’ adjudicada a los hombres (“Voces sexuadas / Género y poesía en Hispanoamérica”, 1996).

Creadoras
“Alumbramiento verbal en los 90: escritoras peruanas, signos y pláticas” (1999) fue el primer aporte de Lady Rojas y allí enfocó la efervescencia creadora de las mujeres a fines del siglo XX. Luego se abocó al período 1900-1960: más de diez años de investigación en bibliotecas peruanas y extranjeras, y una extensa red informativa de personas que le proporcionaron datos, contactos, copias de publicaciones inaccesibles, entre otros.

El formidable fruto es el libro que motiva este comentario, conformado por tres partes. En la primera, traza el contexto histórico mostrando cómo nuestras poetas y ensayistas rechazaron las pautas “patriarcales” y abordaron los grandes temas de la educación femenina, la demografía, la prostitución, la pauperización femenina en el “desarrollo” capitalista, la movilización histórica y la participación política de las mujeres, así como la actividad de los grupos feministas. La segunda parte pasa revista, década por década, a unos 200 poemarios de casi 60 poetas, analizando los más significativos.

Y la tercera parte ofrece entrevistas a Blanca Varela, Raquel Jodorowski, Gladys María Pratz, Elvira Ordóñez, Rosa Cerna, Lucía Fox y Graciela Briceño. Completa el volumen una excelente guía bibliográfica.

Voces sin acompañamiento
En el título del libro, “a capella ” apunta a que nuestras escritoras han emitido su canto –y reflexión ensayística– sin las condiciones que merecían: “escritoras peruanas que mayoritariamente cantan sin financiamiento estatal y sin acompañamiento crítico del contexto literario y cultural en el que sobreviven”. También podría haber titulado su libro “Nuevo discurso en loor de la poesía”, en el que se incluye a las mujeres como merecen; de hecho, Lady Rojas coloca, al frente de los acápites de la segunda parte de su libro, estrofas del “Discurso en loor de la poesía”, notable poema reflexivo de una autora anónima (se la ha apodado Clarinda) publicado en 1608.

Hallazgos
En lo tocante al ensayo, conceptúa a Zoila Aurora Cáceres (1877-1858) como “la primera crítica experta en literatura femenina y feminista” en el Perú y sostiene que María Jesús Alvarado (1878-1971), en “El feminismo”, 1912, se adelanta décadas a lo que formularían luego nada menos que Virginia Woolf (“Una habitación propia", 1929) y Simone de Beauvoir (“El segundo sexo”, 1949). Carecemos de espacio para resaltar todas las luminosas apreciaciones dedicadas a poemarios, artículos y ensayos, por ejemplo, las que consagra a Ángela Ramos, Magda Portal, Catalina Recavarren, Serafina Quinteras, Blanca Varela, Elvira Ordóñez, Rosa Cerna y Esther Allison; de esta última dice: “el nivel poético de sus textos alcanza tal altura que una piensa que ha tenido una revelación”.

Son de subrayar algunos rescates descollantes. El descubrimiento máximo es la poeta arequipeña Eva Morales. Bajo el seudónimo de Luisa de la Villiere, editó en 1919 “El libro del camino”, con prólogo de Ernesto More e introito de César Atahualpa Rodríguez.

Se trata de una pieza de tránsito del postmodernismo al vanguardismo salida a luz el mismo año que circuló “Los heraldos negros” de César Vallejo. Escribe Morales: “La Tierra dará a mi canto su fuerte / filosofía: el himno perenne que entona Natura. / Y radiante traeré mi canto como Nuevo / evangelio”.

Sobresale, también, Helena Aramburú Lecaros (seudónimo: Sherezada; Iquique, ¿1895?-Lima, 1973) y Hortensia Málaga de Cornejo Bouroncle (Arequipa, 1910-1996) con su poema “Esfinge”, del libro “Cactus”, 1939, tan simbólico de un cantar a capella: “la esfinge que ya no quiso ser esfinge / de la mujer ayer pasiva y suave, / que al fin sedienta de luz y de grandeza / tendió al oriente las robustas alas / y temblando, por fin, abrió sus labios / después de tantos siglos”.


(*)  Ricardo González Vigil es miembro de la Academia Peruana de la Lengua
 

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