Roberto Reátegui
Una estrella y la selva Una estrella y la selva

Por Enrique Sánchez Hernani
Fuente: El Comercio, Lima 30 de octubre del 2011
http://elcomercio.pe/impresa/notas/estrella-selva/20111030/1325545

En el ocaso de su estrellato, una figura de la televisión quiere contar su vida a un escribidor para que este haga su biografía. Tal es el punto de partida “Diva” (Planeta, 2011), la nueva novela de Roberto Reátegui, en la que juega con la realidad entre bambalinas de la televisión y con la historia de la selva peruana de comienzos del siglo pasado. Todo es ficción, como las vidas mismas de las divas nacionales.

Con esta obra, Reátegui quedó finalista en el prestigioso Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América de Narrativa 2011.

¿De dónde tomaste el material para crear el personaje?
Una parte corresponde a mi experiencia personal de haber visto durante treinta años a muchos artistas de la televisión, pero también de conversaciones con gente que trabajaba en la época en que está ambientada la novela, a fines de los años 70 y comienzos de los 80.

¿Qué te impulsó a escribir este libro?
Una nota pequeña de espectáculos de cuando Gisela Valcárcel publicó su autobiografía. La notita decía que yo había escrito el libro, cosa que no era cierta. Eso me hizo pensar: ¿por qué no escribir un libro así? Hubo que inventar a la artista y a quien escribía la historia de esa artista. El escribidor habla de amor, pero siente en verdad una devoción hacia el personaje, más que hacia la persona, pues lo ha seguido años por la televisión.

Se respira la decadencia de la estrella que no quiere perder su luz. ¿Es algo común en la realidad?
Creo que sí. Entre la gente que ha tenido fama o ha recibido la adoración de un público, esto se exacerba. Hay miedo al fracaso, el temor al fin de la juventud y la belleza, a la caducidad, al paso del tiempo y a la muerte. Diva trata de revertir eso. Algo que le pasa a todos, pero más a quienes fueron estrellas.

¿Es una metáfora del fin de la vanidad? ¿Cuánta cercanía hay entre tu personaje y la vida real?
Diva nunca acepta eso. Manda a escribir su historia para reinventarse, aunque sea en la ficción. Esto se parece bastante a la vida real. Muchos me preguntan quién es Diva. Algunos han llegado a creer que existe, pero no es así. Yo tomo esas observaciones como un halago, como un mérito de la novela.

Por los escenarios e historias cruzadas, intuyo que el proceso fue complejo…
Sí, pero también divertido. Nunca había hecho una investigación de este tipo. Sentía que estaba haciendo un reportaje al pasado. Por ejemplo, la parte sobre los años treinta en la selva es vista a través de un español. Esta persona existe.

¿Es muy difícil conciliar las actividades de periodista y escritor?
Ya no. Me he impuesto una disciplina que se ha convertido en rutina. Duermo poco, pero a las 6 de la tarde ya estoy escribiendo, hasta las 9 de la noche. Yo duermo tres horas en la noche, voy a trabajar al canal, y luego duermo otras tres horas por la tarde. El cuerpo y la cabeza ya se acostumbraron.

Sé que eres un intenso lector. ¿Qué te sientes más: lector o escritor?
Por igual. Claro que he leído mucho más de lo que he escrito. Soy un lector de muchos años. Me gusta buscar autores nuevos. Pueden pasar días, como ahora, en los que no escribo nada, pero siempre leo literatura, una hora diaria por lo menos. En estos momentos, estoy leyendo “La chica mecánica”, de Paolo Bacigalupi, una historia futurista que ocurre en el siglo XXII.

¿Tienes alguna otra novela en camino?
Ya la tengo terminada, pero en estos momentos la estoy corrigiendo. Es una novela absolutamente histórica. Y la que viene después también es histórica; estoy en el proceso de la investigación. Todo lo hago yo, pero tengo la suerte de tener una red de contactos que me verifican lo que avanzo y me proporcionan libros o datos.
 

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