Feliciano Padilla
“Contra encantamientos y malos augurios” de Feliciano Padilla “Contra encantamientos y malos augurios” de Feliciano Padilla

Por Winston Orrillo
Fuente: Los Andes, Puno 11/10/09
http://www.losandes.com.pe/Cultural/20091011/28342.html

La magia de la Internet nos permite acceder a mensajes que, de otro modo, quizá nunca llegarían. El añoso sistema de las cartas –con su parafernalia del texto, el sobre y la búsqueda de una oficina de correos- era, sin ninguna duda, un método, más bien, de impedimento para la entrañable comunicación.(*)

Hogaño, en cambio, por el sistema de que tu dirección llega, con otras, en un paquete a no sé quién –por aquello de las listas- de repente te das con la grata sorpresa de recibir un mensaje de alguien a quien no ves por quinquenios, y cuya palabra –física- podía haberse, ya, desleído de tu no muy buena memoria auditiva, obliterada por los años.

Y súbitamente, ese amigo, al que no ves físicamente por mucho tiempo, pero cuya obra sigues entre las anfractuosidades de la cultura de estos tiempos álgidos, te envía un conjunto de textos en prosa –porque a él, más bien- lo conocías como poeta, y te asombra la densidad de sus análisis, lo zahorí de su visión del presente mutante, los metalenguajes que decodifica entre las numerosas lecturas y temas que nos presenta.

Y estamos frente a “Contra encantamientos y malos augurios”, conjunto de artículos y ensayos de Feliciano Padilla -relevante y constante poeta puneño- libro publicado hace solamente quince días por la Universidad Nacional del Altiplano, que intentamos presentar al lúcido lector de hogaño.

En principio, manifestamos nuestro asombro porque la prosa analítica del poeta discurre con una facilidad directamente proporcional a la multiforme temática de sus textos, que van desde sus atinados misiles contra los TLCs, empobrecedores y depredadores de lo poco que le queda a nuestras naciones, y que son catapultados por los (pocos) gobiernos entreguistas que le vienen quedando a este otrora patio trasero del imperio a temas de distinta índole. Mientras escribo lo anterior, se confirma –verbi gratia- la victoria de Rafael Correa, presidente de Ecuador quien, cuando fuera preguntado por el TLC, respondió que lo echaría al tacho de basura: y aquí están los resultados: su pueblo lo apuntala, como también apoya a Evo Morales y sus salutíferas medidas económicas, que están llevando adelante la vida del hermano pueblo del antiguo Alto Perú.

De todo esto se ocupa el libro de Feliciano, como también de los conflictos de los pueblos amazónicos, que ya dejaron de ser los “salvajes” que posaban para la postal del tourist y han empezado a reclamar sus milenarios derechos, y han puesto de vuelta y media a la manada que, desde el Poder Ejecutivo, creyó que tenía sempiternamente la sartén por el mango.

Y así, nuestro autor no deja títere con cabeza: y todos los desaguisados ad usum son debidamente denunciados (otorongos, cuentos chinos, pagos sospechosos de deudas sospechosas, marthas hildebrandts y sus ventosidades fascistoides, etcétera, etcétera). Pero, también hay textos que son verdaderos y lúcidos ensayos como el dedicado a la racionalidad andina y la autonomía regional de Puno.

Esta maestría para discurrir sobre temáticas ciertamente áridas para otros cronistas culturales, no es sin embargo, nueva en las letras peruanas. En mi libro Vallejo, periodista paradigmático, demuestro cómo, el autor de Poemas Humanos, asimismo, podía ocuparse de temas económicos, de armamentismo, crónica roja y crisis médicas y…hasta hacer periodismo deportivo, que constituye el vade retro, Satana, de algunos de los que creemos pertenecer al área “cultural” de nuestra otra profesión. ¡Mero prejuicio!

Pero no todo es discurrir en los predios de la política y la politiquería. Parte sustantiva del volumen es la que dedica Feliciano Padilla a los análisis literarios.

Igualmente subrayamos su vasta cultura en los temas de crítica del texto, y su manejo de las luminarias –a veces farragosas- que se ocupan de descuartizar nuestros textos creativos.

Asimismo, tarea cardinal es la que cumple Padilla al rescatar libros y autores que la derecha cultural y literaria se ocupara –con dedicación digna e implacable- de invisibilizar (verbo que le oí usar, por primera vez, al afro descendiente ex Ministro de Cultura, precisamente, de Ecuador, en un Encuentro Mundial de Escritores para la Defensa de la Cultura, en el que coincidimos, en Cochabamba, hace un par de años).

Así, por la sección correspondiente, desfilan nombres como los de Arturo Peralta (“Gamaliel Churata”), Dante Nava, José Luis Ayala, Omar Aramayo, Dorian Espezúa, Jorge Flórez-Aybar, Mario Guevara, Percy Zaga y Efraín Miranda, entre varios otros que jamás van a estar en esas “carreras de caballos” (Vallejo dixit) que son las marquesinas literarias del Establishment o esos “cánones” espurios que sirven para vender libros a las editoriales transnacionales (especialmente a las de la –puta-Madre Patria).

Feliciano Padilla, en buena cuenta, nos enseña la otra literatura, y, particularmente, en este caso, la del Altiplano, con autores excelentes, con temas trascendentales, con puntos de vista de suyo polémicos pero que, en definitiva, lo que desea es que el diálogo –plural, holístico- abarque todas las literaturas de la vasta patria, y no solo las que eyectan los grupúsculos de desarraigados que se bañan con el agua de florida de los suplementos culturales, que manejan unos cuantos titiriteros –y a la vez títeres ellos mismos-.
El libro concluye con páginas –no podía ser de otro modo- igualmente urticantes sobre temas que nos conciernen a todos: la educación y sus cuestionamientos, la vida universitaria y sus treponemas; y, en fin, páginas amables como sus crónica sobre la visita a la Patria de Martí, con ocasión del Festival Internacional de Poesía de La Habana, 2008, donde coincidimos con el mismo agrado y la misma unción con la que se llega siempre al Primer Territorio Libre de América, el verdadero venero de ese mundo distinto que hoy sabemos posible, en la marcha de nuestros pueblos hacia la Segunda y definitiva Independencia.

Excelente y ejemplar conjunto de artículos, crónicas y ensayos de un poeta que sabe perfectamente que nuestra tarea no es solo poetizar, sino dar cuenta, críticamente, del acontecer y las vicisitudes trágicas de la condición humana particularmente de nuestro tiempo histórico.

(*) Winston Orrillo: Profesor Principal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, poeta (autor de una decena de poemarios), periodista y ensayista. Fue Premio Poeta Joven del Perú y Premio Nacional de Cultura.
 

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