Contra los encantamientos y malos augurios: más dignidad y resistencia

Por Boris Espezúa Salmón
Fuente: Los Andes, Puno, 23/05/10
http://www.losandes.com.pe/Sociedad/20100523/36351.html

En el Club Kuntur se presentó el libro de Feliciano Padilla “Contra encantamientos y malos augurios” cuyos comentarios corrieron a cargo del Dr. José Escobedo, Dr. Luis Vilcatoma y quien escribe la presente nota. Es un libro que pareciera en un instante no seguir el camino de sus libros de narrativa y también ahora último de poesía, puesto que corresponde a su faceta periodística en el campo cultural, con una edición realizada ya el año pasado, por La Oficina de Proyección Social de la Universidad Nacional del Altiplano, nuestro narrador acopia sus textos en un solo libro, que fueron escritos en diversos diarios como “Los Andes” y revistas del sur del Perú, textos referidos en los últimos años a la Política, Literatura y Educación principalmente. El autor, desde el título se propone una postura defensiva y que compartiendo dicha postura me he permito recrear su título de la siguiente manera: “Contra los encantamientos y malos augurios: Más dignidad y resistencia” como si fuera un lema de algún estribillo de movilización, que tampoco es ajeno en Feliciano Padilla que siempre lo hemos visto encabezando las marchas del SUTEP anteriormente y ahora de la FENDUP., Este combinar praxis y teoría nos recuerda a los genuinos intelectuales luchadores sociales que como Jean Paul Sartre, Antonio Gramsci o Roque Dalton, llevaban sus propuestas ideológicas a la calle, allí donde uno debía confundirse con el pueblo y además porque efectivamente desde la oficialidad sólo recibimos encantamientos y aplazamientos al mostrarnos la realidad como un misterio, es decir claro para unos y oscuro para otros, claro para quienes se benefician con el sistema hegemónico y liberal y oscuro para quienes son excluidos y diferenciados. Por lo que nos queda resistir con dignidad, como lo sostenía alguna vez el escritor argentino Ernesto Sábato, al señalar que: “Ante la arremetida del poder liberal, y su deshumanización, sólo queda resistir y refugiarse en la literatura”.

El libro desarrolla en materia política una observación crítica al devenir de la política internacional siempre dinámica donde el mundo unipolar ha marcado el paso de la marcha de los demás países, y en el cual latinoamericana encuentra resistencia y beligerancia en algunos países, como en otros, un criterio de imponer sin medida y contra los principios y derechos fundamentales un liberalismo extremo, donde como reacción se tiene un resurgir étnico, un pluralismo, e interculturalidad que se va fortaleciendo donde se afirman los derechos de sectores periféricos, que fundamentan en lo ancestral y en la dignidad la razón de ser de su existencia y de su reconocimiento. En materia Educativa el libro, expresa la realidad de los Docentes Universitarios, que como es de dominio público, han buscado simplemente que se cumpla la Ley, a fin de que pudieran ser homologados como los magistrados y de este modo dignificar una labor que como lo recordaba Encinas es un apostolado, una expresión alta de la democracia y de la decencia de pasar del pensamiento a la acción. La Educación peruana además en contextos como los que vivimos será profunda o no será. Profunda porque es un reto volver a los orígenes, a nuestros sustratos identitarios, para responder a las preguntas: ¿Quiénes somos y hacia dónde vamos?

En la parte que concierne a la Literatura, hay una visión actual de valoración por un proceso de literatura puneña, un rescate de la oralidad, que es una tarea que recién empieza a interesar a quienes como José María Arguedas percibieron una gran veta de literatura en esta transmisión de memoria colectiva, que de forma abundante aún se mantiene en el altiplano, Además se aborda artículos sobre literatura aymara y el discurso indigenista, se hace apreciaciones y una evaluación del quehacer último en materia de narrativa y poesía. Ya Feliciano Padilla había demostrado ser un enterado intelectual de lo que se hace a nivel nacional y regional en literatura principalmente andina, y con mucha agudeza y gusto sacar a luz su Antología comentada de la Literatura Puneña que ha sido bien recibida en la escena nacional y bastante comentada en su momento. De sus apreciaciones se extrae que nuestra literatura es una de las más renovadoras y tradicionales del Perú, y que reflejan una calidad siempre competitiva en el escenario nacional e internacional, por el cual es reconocido y hasta temido Puno, como un centro muy importante de producción intelectual. Los homenajes que se hace a Dante Nava, Efraín Miranda, José Paniagua, José Luis Ayala, Omar Aramayo, Jorge Flores Aybar son justos y oportunos, y expresados en ellos también a todos quienes pergeñamos y cincelamos la palabra literaria día a día. Buena parte de lo que ha transcurrido en las tres últimas décadas en Literatura en Puno, está reflejado en estos artículos, por lo que constituye un referente necesario los textos que en el libro se desarrolla.

Esta obra de selección es un deleite de la prosa periodística cultural de Padilla, con incrustaciones evidentemente de un narrador, que mezcla su perspectiva de izquierda estoica en lo social, y su infinita vena lírica cuando de hacer versos o entramados narrativos se trata. Alguna vez César Vallejo cuando residía en Paris, conjuntamente con Juan Larrea sacaron una revista titulada “Favorables”, en el año 1926, un fascimilar de dicha revista fue reeditada en el año 92 por el Revista Hueso Húmero en el Perú, y en dicha revista se aprecia un comentario a modo de introducción de nuestro Poeta de Santiago de Chuco, que decía: “En América hispana tenemos una docencia creatriz, que sin embargo es opacado por Europa, llegará un momento en que los nuevos escritores de la lengua española mostrarán su cólera, y elevarán su gran voz desde la otra orilla, y mostrarán al mundo la infinita belleza del olvido, y el heroico grado de sabiduría basado en la resistencia y en la identidad”. Esos nuevos escritores, están encarnados en personas como Feliciano Padilla, que serán parte de esa permanente vanguardia de la juventud que dará de beber de las aguas mayores de nuestro Titikaka a elevadas miradas de la iluminación y el reencuentro y que con seguridad en su momento espantarán también falsos encantamientos y malos augurios.