Sergio Galarza
Pulso fiero y sentimental Pulso fiero y sentimental

Por Jorge Eslava
Fuente: La República, Lima 06/12/09
http://www.larepublica.pe/archive/all/domingo/20091206/21/node/236673/todos/1558

Reconocido en España como “Nuevo Talento FNAC de Literatura” por la fulminante novela “Paseador de perros”, Sergio Galarza conserva el temperamento de un escritor sin remilgos. Hace tres meses obtuvo el primer puesto en el Concurso de Narrativa del Migrante Peruano en España. Ha cumplido treinta y tres años de edad, cuatro en Madrid, para seguir como siempre: reservado, callejero  y melómano. Además de corrosivo con el lenguaje. Pero no se piense que la literatura o la música ocupan su mayor pasión, sino un arte aún más descabellado. “Lo primero que pregunto a una chica cuando la conozco –me confesó hace tiempo– es si le gusta el fútbol. Si no le gusta, me aparto de ahí”.

La impresión que tengo desde que empezaste a publicar es que jamás te sedujo el afectamiento: tu voz, como tu conducta, es visceral e inconforme. ¿Crees que eso te define como escritor?
–Sí, mi forma de ser influye al momento de escribir, me gusta que las frases peguen duro en el lector. Pero nunca ha sido fácil soltarme, al comienzo pensaba que solo se podía escribir bajo una norma. Lo intentaba hacer a mi manera, pero respetando ciertas convenciones.

–¿Qué marcas en tu vida y qué lecturas han sedimentado el pesimismo y la ternura de tu estilo narrativo?
–Soy pesimista por naturaleza, creo que las cosas siempre terminan arruinándose, pero eso a su vez me hace vivir con mayor intensidad cada momento. Creo que es natural en alguien que leyó a Ribeyro desde niño y que lleva consigo a Cano de “Un mundo para Julius”. Más adelante, “La soledad del corredor de fondo” ha sido determinante en mi estilo.

–Perteneces a la estirpe de escritores que estudiaron Derecho y jamás ejercieron. ¿Por qué llegaste hasta el final de la carrera, incluso con una tesis de licenciatura?
–Tenía que acabar la carrera para poder quitármela de encima. Lo de la tesis fue para darle una alegría a mis viejos.

–¿Cuánto tiempo llevas en Madrid y cómo la pasas?
–Estoy por cumplir cuatro años acá y pese a lo rudo que sigue siendo conseguir una estabilidad laboral que me permita escribir con más comodidad, la aventura es impagable. Viajo casi todo lo que quiero y he visto a mi ídolo Neil Young en concierto.

–¿Alguna experiencia te ha puesto al borde del regreso?  
–No. Cuando vine fue con la decisión de vivir fuera para siempre. Tampoco extraño la comida porque no soy manco. Y menciono la comida porque es el lugar común de la nostalgia peruana.

–¿De qué trata tu cuento premiado en España?
–Es la historia de un teleoperador peruano que deja todo en Lima para cumplir el sueño de vivir en España. Quizás piensen que hablo de mí mismo, pero escribí el relato basándome en un compañero que tuve cuando hice una prueba para trabajar vendiendo paquetes de internet.

 –Muchas veces declaraste que jamás escribirías una novela. “Paseador de perros”, aunque breve, motivó una primera desobediencia. ¿Qué cambió tu decisión?
–Dije que nunca lo haría, así como pensaba que mi futuro estaba en Estados Unidos. Me costó mucho encontrar una forma de contar esa historia, que está escrita como una crónica. “Paseador...” nace de un cuento que al terminarlo supe que crecería. Hay pasajes de la novela que son narración pura, capítulos que parecen hojas de reclamación, impresiones, críticas musicales y críticas a todo lo que me gustaría cambiar pero no puedo. El año que viene la editorial Candaya la reeditará en España.

–¿Piensas en una segunda desobediencia? ¿Será sobre tu nuevo empleo como librero?
–No, eso quizás me sirva para la última parte de mi Trilogía Madrileña. “Paseador...” fue el inicio y ahora estoy con la segunda: la biografía de un escort.

–Y en tanto, ¿sigues escribiendo cuentos?
–Sí, pero quiero escribir un libro de cuentos más unitario que los anteriores. Los que tengo ahora van cada uno por su lado.

–Has sido el marcador más vehemente que he visto en mi vida. ¿Para cuándo un libro sobre fútbol?   
–Espero empezarlo pronto. Estuve leyendo “Fiebre en las gradas” de Nick Hornby, que va sobre un hincha del Arsenal, el propio autor. A mí lo que me interesa entender es la obsesión por jugar al fútbol, cómo perder un partido de un campeonato entre amigos puede significar el fin del mundo para alguien.

 –¿Qué pensarías si te dijera que “Matacabros”, tu primer libro, podría ser un libro de culto en unos años?
–Es el libro por el que más me reconocen. Existía la intención de reeditarlo pero eso ya no depende de mí. Y si se convierte en un libro de culto, espero que las regalías me permitan comprarme unas buenas tabas de fulbito, porque las mías dan más pena que la selección peruana.

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