José Watanabe
“Siento que me regalan los poemas” “Siento que me regalan los poemas”

Por Pedro Escribano
Fuente: La República, 18/12/06

El poeta José Watanabe, mismo Teseo, acabó con el Minotauro, el poemario que estaba escribiendo hace algún tiempo. No le gustó y lo destruyó, salvo pocos poemas que ahora aparecen como la última parte de Banderas detrás de la niebla (Ed. Peisa), un poemario que reflexiona sobre la poesía.

–"No me gustó, pues creo que me equivoqué, estaba utilizando la figura del Minotauro o Asterión para hablar de mí. En los poemas que salvé, "El otro Asterión", hablo del Asterión que habla Borges en su cuento, cuando dice que el Asterión se inventó otro Asterión para evitar la soledad. Yo hablo del otro, del inventado", explica el poeta.

Si bien el poemario encierra temas caros como la muerte –en la primera parte, "Riendo y nublado"–, el gran tema es la poesía y es el que parpadea en cada poema de Banderas... Watanabe con la sutileza con que maneja su lenguaje, describe objetos, seres, en los que haya esa verdad que nos seduce: la poesía.

–¿Es un libro que va a la caza de la poesía?
–No tanto. Esta es la primera vez que me puse a pensar qué es la poesía, cuyas respuesta están en la segunda parte del poemario, Banderas detrás de la niebla. Claro, no doy respuestas teóricas, sino con poemas. Y para mí la poesía es un poco eso, banderas visto detrás de la niebla. Te cuento la anécdota que viví cuando tenía 16 años y que siempre conservé en el recuerdo. Mira, aquí en La Punta, los buques de la Armada vienen en octubre y se hacen señales con banderas. Una noche estaba nublado, no se veía casi nada y de pronto, entre la niebla, vi banderas. Para mí, esa es la imagen de la poesía, la belleza que uno ve entre la niebla cotidiana, pero eso lo pienso ahora, no lo pensé en esos años. Otro poema dice por allí que la poesía es una acción rápida del ojo, como la realidad que se abre y muestra una verdad, y esa verdad es difícil de transmitirla. Es casi inaprensible, la vives como una verdad incuestionable, que es difícil de formularla, pero cuando lo lo- gras, aparece el poema. Pero como dicen, toda obra de arte es un fracaso en la medida que no expresa lo que realmente quieres expresar, siempre es un acercamiento nada más.

–Hay una serie de poemas que refieren objetos, seres, pero que pronto los humanizas.
–La experiencia de vivir comporta el hecho de convivir con otros, no solamente personas, sino también animales, árboles. Ellos nos acompañan en esa aventura.

–Por ejemplo retratas un algarrobo.
–Estaba yendo a Ica y vi en el desierto un algarrobo. Lo vi allí, casi a contraluz de la tarde que me parecía un ser torturado, no digo un hombre, sino un ser torturado, doblado en sus ramas. Yo dije este árbol ha registrado su propio dolor de vivir, su propia tortura, su propia ansia de sobrevivencia en su propia figura. Entonces, la única posibilidad de que el Sol no lo calcine algún día, es que yo lo guardo en boca, allí no lo va a quemar nadie. Yo funciono así. Yo no puedo escribir un poema sentado en una mesa, tengo que estar mirando, de pronto el poema aparece.

–Otro poema dice que lo único que huye de nuestro cuerpo es la sangre.
–Sí pues, me corté más o menos profundo haciendo manualidades. Salió un chorrito. Yo me puse a pensar qué extraño, lo único que sale de nuestro cuerpo es la sangre, y si sigue saliendo pues te mueres. Es lo único que nos puede abandonar. Allí nació el poema, que la sangre puede salir al mundo pero ya sabe cómo comportarse en el mundo, porque así como cruza los ventrículos, sabrá cruzar puentes, remontar colinas. Pero también la asocié con la violencia no solo la que hemos tenido aquí, sino en el mundo, la invasión a Irak, las muertes que pasan en televisión. Muchos han muerto por la sangre que se va. Al final del poema alude a eso: "la sangre de los asesinados va como un horizonte infame". Un horizonte que nos acusa a todos.

–Miras los objetos con la misma humanidad con que miras a tus semejantes.
–Sí pues, soy medio panteísta (risas). Los miro pensando igual cuando miro a una persona, a ver. qué dice pues, qué expresa. Claro, no estoy en ese plan todo el tiempo, pero de pronto se expresa, dicen algo. Yo siento que los poemas me son regalados, alguien me los regala, alguien me dice, allí está el poema. El gran trabajo es plasmarlo.
 

Más cultura y no peliculina

-¿Esperas algo de este gobierno en cuanto a cultura?

-No espero nada. No hay hasta ahora ningún proyecto cultural ni del Apra ni de ningún partido político. Se dice por ahí que van a dar el dinero a Conacine, sí, pero eso es un gesto, no está en un proyecto. Más que necesitar de una alta cultura, lo que necesitamos es mejorar la educación.

-¿Canal 7 debe ser parte del proyecto cultural?
-Debería estar involucrado el Canal 7, pero no como canal del gobierno, porque así funciona todo el tiempo, excepto en el gobierno del doctor Paniagua, que como gerente del Canal, jamás recibí una llamada de Palacio diciéndome trasmita en directo tal o cual o tal acción. Hoy el Canal 7 pertenece a la Presidencia del Consejo de Ministros, porque quieren tener manejo político más directo del canal. Siempre interrumpen la programación para emitir acto oficial. No debe ser así, debe servir a la cultura. Se le debe dar un presupuesto anual para que produzca programas culturales y esos programas grabarlos en CD y distribuirlos en los colegios. Pero no, ahora el 7 es micrófono o pantalla de Alan García u otro político. Mucha peliculina.
 
Perfil

José Watanabe. Nació en Laredo, Trujillo, en el año de 1946. Su primer libro, Álbum de familia, fue publicado en 1971 y mereció el premio Poeta Joven del Perú. Obras: El huso de la palabra (1989). Cosas del cuerpo (1999). Habitó entre nosotros (2002). La piedra alada (2005), entre otros.
 

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